lunes, 13 de diciembre de 2004

Si no es visible, no sirve

Un amigo mío quien trabaja en el gobierno me contó que está escribiendo un artículo bajo el título “Trabajando para la foto”, sobre la experiencia frustrante de muchos funcionarios quienes quieren ser servidores públicos, pero ven supeditado su trabajo a un criterio ajeno a su misión: la eficiencia para la publicidad gubernamental o incluso partidaria.

Me gustaría mucho ver publicado este artículo, sabiendo que su autor tiene un trabajo clave en uno de los campos prioritarios de este gobierno. Es de su trabajo donde se deriva el apellido que puso Antonio Elías Saca a su proyecto: Un gobierno con sentido humano.

Lástima que sólo hay dos escenarios en los cuales sería posible que mi amigo publique su artículo: el día que lo echen de su trabajo o el día que se canse de trabajar para la foto y el anuncio y publique su artículo para que lo echen...

Puede ser que el día que cualquiera de estas dos cosas pase no sea tan lejos, pero mientras tanto no conoceremos los ejemplos y experiencias vividas de este servidor público frustrado de estar trabajando para la foto y no para el país. Sin embargo, ya podemos comenzar a hablar del tema. No hace falta estar trabajando adentro de la maquinaria gubernamental para darse cuenta que una gran parte de los recursos y proyectos gubernamentales están en función publicitaria. Basta ver televisión y leer los periódicos.

Qué otro sentido puede tener la millonaria campaña del Plan Hidro 2009 que no sea distraer la atención del caso no resuelto de ANDA. Digo no resuelto porque de lo que pasó en ANDA y en dos gobiernos responsables del fiasco de ANDA hasta ahora sólo se sabe una pequeña parte.
¿Cómo es posible que los planes Mano Dura y Mano Súperdura, de los presidentes Flores y Saca, siguen siendo aprobados por una mayoría de la población, a pesar de que los índices de homicidios han subido? Sólo se explica con un esfuerzo extraordinariamente exitoso de publicidad –en este caso mejor dicho, de desinformación- que el gobierno ha lanzado alrededor de los éxitos de la política de seguridad pública.

Pero la cosa es más grave. Casi todos los gobiernos tienen la mala costumbre de publicitar sus logros y de manipular los hechos para que las cosas se vean mejor. Pero otra cosa es diseñar toda la labor gubernamental desde un punto de vista de marketing. O incluso, para quedarnos con el tema de la seguridad pública, mover el aparato policial en función publicitaria y no en función del real combate a la delincuencia. Muchos de los operativos de la PNC, tanto contra las maras como contra el contrabando o el narcotráfico, son espectáculos montados para el consumo de los medios más que instrumentos eficientes contra la delincuencia.

Otro ejemplo que salta a la vista del televidente: la otra mano, la amiga, la extendida, la del sentido humano de este gobierno. Viendo los noticieros y la prensa uno puede llegar a conclusión que este gobierno está haciendo un esfuerzo sistemático, amplio, profundo y muy humano en la reinserción de pandilleros. Basta preguntar a los trabajadores sociales de las ONG’s que se dedican a este esfuerzo, y surge otra realidad: detrás de la gran pantalla de publicidad y desinformación, una miseria. La famosa granja San Andrés, no existe, es puro invento. El porcentaje real de pandilleros integrados en proyectos de reinserción, no llega al 5%.

Además, todo el esfuerzo publicitario del estado enfocado en las pandillas, mientras los responsables del otro 70% de los hechos violentos pasan fuera del rango de la atención del estado, tanto de su publicidad como de sus esfuerzos reales.

Hay un memorando que la Secretaría Técnica de la Presidencia mandó a todos los ministerios y dependencias gubernamentales con una instrucción muy clara: Todos los proyectos para el año 2005 tienen que cumplir con un requisito: visibilidad.

Quiere decir: no pierdan su tiempo y el pisto del contribuyente con cualquier proyecto, por más que corresponda a una necesidad. Si no es visible, no sirve. Si no es vendible, es mala inversión. Con esta visión están en estos días definiendo prioridades, líneas de trabajo y proyectos en todos los ministerios y dependencias del gobierno.

Será en este contexto que se explica lo que de otra forma me quedaría un enigma: que el presidente nombre, como nuevo jefe de la Inteligencia del Estado, a un publicista. Cosa que tiene trayectoria: Calderón Sol puso el aparato de Inteligencia en manos de un publicista (Mauricio Sandoval), Flores la puso en manos de un periodista (Flavio Villacorta) y cuando Saca elige a su jefe de inteligencia, explica que “ya tiene experiencia para esta tarea, ya que su campo es la mercadología”.

Esto sólo tiene sentido para un gobernante que define la política como el arte de vender imágenes al público y que confunde el gobierno con una agencia de publicidad.

Es cierto lo que muchos observadores dicen: comparado con el gobierno presidido por Paco Flores, este gobierno comunica mejor. Pero puede ser que esto sea peor. (Publicado en El Faro)