lunes, 2 de mayo de 2005

Se provee política exterior incluyendo transporte

No tener política exterior es como no tener soberanía. Si de todos modos empeñamos la política exterior, supeditándonos al State Department, mejor de un sólo pidamos que nos den el estatus de Puerto Rico de estado asociado a los Estados Unidos. Si de todas formas ya no hay soberanía ni en política monetaria, ni en seguridad nacional ni tampoco en relaciones exteriores, como estado asociado, aunque seríamos casi colonia, por lo menos gozaríamos de los beneficios de la sumisión. Mejor educación, acceso ilimitado al mercado de trabajo de Estados Unidos...
¿Le parece muy cínico este razonamiento? Sí lo es. Pero viene a la mente observando la manera como el gobierno salvadoreño trata de vender la total sumisión a Washington como política exterior salvadoreña. Lamentablemente, en este campo Tony Saca no ha roto con las malas políticas heredadas de Francisco Flores.

Primero, la candidatura de Flores a la Secretaría General de la OEA. Era obvio desde el principio que Flores no era el candidato idóneo para este cargo. Era obvio también que lanzarlo y promoverlo, con todo el aparato de la diplomacia salvadoreña, no correspondía al interés nacional salvadoreño. Por nada hubiera convenido a la imagen de El Salvador tener en la Secretaria de la OEA a un hombre como Flores, tan incapaz de construir consenso y tan visiblemente dependiendo de Washington.

La candidatura de Flores y todo el discurso de la unidad centroamericana que el gobierno Saca empleó para promoverla, tenía un sólo propósito: evitar que a la secretaría general de la OEA llegara alguien con una visión de política regional independiente de Washington. Para esto lanzaron a Flores, y para esto lo retiraron. Para crear una correlación favorable al candidato de Washington que obviamente no era Flores sino el canciller mexicano. Y para evitar que el continente respaldara al candidato chileno que representa las aspiraciones de los gobiernos suramericanos de tendencia socialdemócrata de crear un organismo continental que respete la pluralidad y la soberanía de los países americanos.

El fracaso de la política exterior salvadoreño no reside en el hecho de no haber logrado llevar a Flores a la Secretaría General de la OEA. El fracaso de la política exterior de Tony Saca y Francisco Laínez reside en no haber logrado llevar a este cargo al canciller mexicano. La maniobra cuadriculada entre Washington, México y San Salvador fracasa. Después del empate en las primeras rondas la balanza se inclina hacía el candidato socialdemócrata que representa al bloque Chile, Argentina, Brasil, Uruguay. Para suavizar la derrota, Washington deja caer a Derbez y abraza a Insulza quien de todas formas hubiera ganado. Condoleezza Rice recibe el primer revés en su nuevo cargo de secretaria de Estado. Lo asume con cierta elegancia, poniendo buena cara al golpe, estrechándole la mano a Insulza, segura que con esto no se acaban los recursos de Washington para mantener en inercia a la OEA. Mostrando la generosidad de los poderosos, permite incluso que el canciller salvadoreño, Francisco Laínez, salga en la foto de Santiago de Chile. No sólo sale el niño en la foto con los grandes, incluso le suben al Air Force Three para viajar como los grandes. Gobierno y prensa en El Salvador interpretan el hecho que la princesa del país de las maravillas le haya dado aventón al canciller salvadoreño como un honor y como "reconocimiento al país." ¡Vaya dignidad!

Tony Saca y su canciller presentan cada uno de los fracasos de su política exterior como triunfos. Se retira Flores de la carrera a la OEA, y en vez de callarse y humildemente asumir el costo que indudablemente tiene cuando un gobierno latinoamericano queda en evidencia como peón sacrificado en el ajedrez geopolítico de Washington, declaran en voz alta que la campaña de la diplomacia salvadoreña en favor de la candidatura de Flores era exitosa, permitiendo adquirir experiencias y llegar a conocer todos los países del continente y del Caribe. Como si la cancillería es una especie de agencia de viajes.

Y cuando al final Washington también deja caer al otro candidato en beneficio de cual se armó todo esta charada de mover a Flores por el tablero y luego sacrificarlo, de nuevo regresa nuestro canciller al país con una gran sonrisa. No sólo lo dejaron viajar en el avión de la princesa, sino que, más allá de este triunfo de la política exterior salvadoreña, aquí regresa un canciller que ha participado en la solución de la crisis de la OEA. Que todos los tiros de esta batalla les fueron por la culata y al final asumirá la dirección de la OEA el hombre que a toda costa querían evitar, ya no importa. Salimos en la foto de Santiago de Chile, viajamos primera clase, y trajimos a tierras salvadoreñas a la princesa Condoleezza, aunque sólo por una especia de escala técnica de tres horas. Por lo menos, como declaró Tony Saca, "la condición de amigos entre ambas naciones queda ratificada." Vaya sorpresa.

En este caso, por suerte el interés nacional se impuso a pesar de los esfuerzos del gobierno salvadoreño. A El Salvador le conviene que en la OEA no gobierne un político salvadoreño que amigo de George Bush. Conviene a todos los países del continente, incluyendo El Salvador, tener al frente de la OEA a un hombre como José Miguel Insulza, un diplomático que ha probado que no recibe órdenes de Washington pero tampoco cae en las tentaciones anti-norteamericanos de las izquierdas ortodoxas y populistas. Conviene a todo el continente que gane fuerza e influencia la tendencia socialdemócrata, concertadora e integracionista que representan el presidente chileno Lagos y su ministro Insulza.

Sin embargo, la falta de una política exterior propia de El Salvador, a pesar de que en el caso de la OEA no logró producir el daño deseado, sí arrojó resultados negativos para el país. Jugar como se hizo en el caso de la campaña de Flores con la unidad y los intereses de Centroamérica es un pésimo antecedente. Jugar como se hizo con los sentimientos patrióticos de un sector de la población que quiere ver a un salvadoreño en un cargo internacional importante, es peligroso. Lanzar a un candidato supuestamente representante de Centroamérica y andarlo promoviendo de capital en capital, sólo para sacrificarlo en beneficio de otro candidato más idóneo para representar los intereses de Estados Unidos, no construye confianza sino desconfianza y desunidad.

PS: Como El Faro espera que siempre cumplo con mi deber de crítico de medios, aquí una mención de honor a La Prensa Gráfica. En todo el contexto de la visita de Condoleezza Rice a El Salvador, la Prensa se llevó el premio: "Grupos de izquierda no prevén protestas para hoy" es el título, y el artículo comienza así: "El FMLN guarda silencio. Este partido no ha programado ninguna actividad ni ha organizado ningún pronunciamiento por la visita de la secretaria de estado de EUA, Condoleezza Rice."

Hasta ahora, todos sufrimos esta horrible limitación del periodismo noticioso de sólo poder cubrir lo que pasa. Hoy la Prensa rompe barreras y comienza a cubrir lo que no pasa. Pronto leeremos titulares como: "El Papa no piensa casarse" o "No hubo asesinato ninguno en Sonsonate" o talvez "En el 2006 no habrá alianza Arena-FMLN"... (Publicado en El Faro)