lunes, 5 de septiembre de 2005

Nos quisieron tomar del pelo

El Faro se atrevió a hablar con nombres y apellidos. Todo el mundo ha escrito sobre el cisma entre los magistrados de la Corte Suprema de Justicia; sobre la Sección Probidad de dicha Corte que está investigando el patrimonio de 13 personas relacionadas con la administración de Francisco Flores; sobre la solicitud, hecha por dicha sección, a los bancos a entregar toda la información sobre las cuentas de estas 13 personas; sobre la solicitud de los bancos a la Corte Suprema de quitarle al jefe de la Sección Probidad el derecho (el deber) de solicitar información bancaria sobre los ex-funcionarios cuyos patrimonios merecen investigación; sobre la decisión mayoritaria de los magistrados a hacerles caso a los bancos y reservarle a la Corte misma el derecho de decidir sobre quienes de los ex-funcionarios pedir información bancaria; sobre la solicitud que hizo el magistrado Fortín Magaña a la Fiscalía General que anule esta decisión de la Corte Suprema por ilegal y para proteger los intereses del Estado.
Pero faltaba un pequeño detalle: los nombres de los ex-miembros del gobierno de Francisco Flores implicados en esta batalla jurídica. Y los números, los montos en cuestión. No creo que fue por falta de conocimiento. No me puedo imaginar que los dos grandes periódicos de este país tengan menos recursos de investigación que El Faro.
Menos garras, probablemente. Menos independencia, talvez. Menos coraje, seguramente. Pero no menos recursos. No menos acceso a información en las esferas del poder. Imposible.
El Faro se atrevió y publicó los nombres: una lista impresionante, encabezada nada menos por el ex-presidente Francisco Flores. Nombres y montos. A la par de cada nombre, El Faro citó -literalmente; sin quitar ni agregar- las observaciones de la Sección Probidad. Con montos exactos en cada transacción observada.
Los funcionarios públicos no están acostumbrados a este tipo de escrutinio. Ni por parte de la Sección Probidad, que sin ninguna duda tiene el mandato legal a hacerlo; ni mucho menos por parte de los medios de comunicación, que tienen el mandato ético de hacerlo, pero que lamentablemente no cumplen con este deber.
Varios de los ex-funcionarios incluidos en la lista publicada por El Faro llamaron a los editores y directores del periódico digital para quejarse de la publicación. Funcionarios que antes no estaban dispuestos a hablar sobre sus asuntos financieros, de repente se esforzaron a contactar a El Faro y mostrar documentos emitidos por la misma Corte Suprema que -según ellos- demuestran que sus asuntos patrimoniales estaban finiquitados satisfactoriamente. De esta manera, El Faro tuvo el raro privilegio de leer un documento de la Corte que certifica al ex-presidente Francisco Flores "total cumplimiento" en lo que a sus declaraciones de patrimonio se refiere. Aparecieron, de repente, varios de estos certificados de "total cumplimiento" - y apareció inmediatamente la sugerencia que El Faro se retracte para dejar limpios los nombres publicados. Tenía su lógica-¿verdad?: Han cumplido totalmente, la misma Corte lo certifica, por lo tanto está comprobado que no existen irregularidades. Así que rectifiquen...
Nadie lo dijo en tantas palabras, confiaron más bien en el poder de persuasión de un pedazo de papel con sellos importantes.
Nos quisieron tomar del pelo. Al Faro y a todo el público. Pensaron que podían sorprender a un periodista que no había estado personalmente involucrado en la investigación del caso Sección Probidad-bancos-ex funcionarios.
Al analizar bien la aparente contradicción entre el informe de la Sección Probidad -que afirma que hay elementos que merecen investigación para determinar si hubo irregularidades- y los tales documentos en los cuales la Corte Suprema certifica a los mismos implicados "total cumplimiento", resulta que no hay ninguna contradicción: Los funcionarios mostraron a El Faro documentos que no son otra cosa que recibos. No certifican otra cosa que el hecho que el implicado ha cumplido con su deber de entregar en cierto plazo cierta clase y cantidad de documentos y declaraciones juradas. Nada más.
Obviamente estos recibos no certifican que los documentos y declaraciones juradas reflejan la verdad. No certifican que los montos declarados son reales y completos. El tal documento con el cual querían engañar al público no marca el resultado sino el inicio del proceso de verificación.
El señor Carlos Perla debe tener guardado en alguna de sus cajas seguras de depósito en algún banco en algún país exactamente el mismo documento, extendido por la Corte Suprema, Sección Probidad, certificando su "total cumplimiento" con el deber de entregar la información debida sobre su patrimonio al salir de su cargo. Obviamente, este recibo del señor Perla no es un finiquito. No significa que no ha aumentado, de manera ilegal y sustancial, su patrimonio durante su mandato al frente de ANDA. Sólo que esto se comenzó a saber a partir de la información detallada que precisamente la Sección Probidad, solicitara -y en esta caso recibiera- de los bancos salvadoreños. Y es exactamente este paso de la investigación que la Corte Suprema, en el caso de Francisco Flores y de sus colaboradores, ha bloqueado.
Así de fácil, con juegos de apariencia, los implicados en el caso Flores y Cia. no pueden limpiar sus nombres. Pero sí hay una manera muy fácil de hacerlo: autorizando a sus bancos a entregarle a la Sección Probidad de la Corte Suprema toda la información bancaria que solicite. Si ahora hay un pleito legal -entre los mismos magistrados de la Corte Suprema- sobre si en este caso aplica o no el secreto bancario, ¿qué le cuesta a un ex-funcionario con la conciencia limpia a decir: No necesito ningún secreto bancario para protegerme. Por lo contrario: para proteger mi nombre, necesito que mis bancos rompan el secreto bancario...
PS: Y este recibo el cual no es ni finiquito ni nada que se parezca, ¿no será el mismo documento que presentó Francisco Flores para mostrar que con su candidatura a la Secretaría General de la OEA el país no correría ningún riesgo de repetir la vergonzante experiencia de Costa Rica y su candidato Miguel Ángel Rodríguez? ¿Nos habrán tomado del pelo dos veces, con el mismo papelito que no vale nada?
(Publicado en El Faro)