viernes, 24 de febrero de 2006

¡Nada nuevo!

Después del “Encuentros” sobre el peso específico de las elecciones 2006 quedó claro: El resultado será bastante parecido al de hace tres años. Algunos lo predijeron explícitamente y los demás no contradijeron.

Entonces: nada nuevo. ¿Nada nuevo? A veces la falta de novedad es la sensación. Así es con estas elecciones. Teóricamente tendría que cambiarse la correlación de fuerzas, y si esto no pasa –que parece lo más probable- tiene graves consecuencias.

El presidente de la República se jugó todo, asumiendo la campaña como propia, pidiendo mayoría parlamentaria para su partido, convirtiendo las elecciones de medio tiempo en un referéndum sobre su política presidencial. Lo hizo sabiendo que matemáticamente es imposible que ARENA logre 43 diputados. Incluso en el caso más positivo posible para él –con ARENA subiendo de 27 diputados que ganaron en 2003 a 30 ó 31- el resultado será un fracaso par Tony Saca, debilitando una presidencia hasta ahora muy fuerte, y arriesgando su liderazgo –hasta ahora indiscutible- en el partido. Posiblemente, Tony Saca pierde la capacidad de seguir transformado ARENA de un partido reaccionario en una fuerza liberal, desideologizada, con raíces en las clases medias.

El error de Tony Saca de apostar todo a la conquista de una mayoría parlamentaria le puede salir muy caro. No tenía ninguna necesidad de arriesgarse. No había peligro que el FMLN ganara más poder. Incluso una lleve pérdida de ARENA hubiera servido a fortalecer el rol del presidente. Un presidente muy popular que se ubica encima de los pleitos partidarios, frente a un partido menos popular, le da más poder para transformar al partido. Lean la biografía política de Charles de Gaulle.

El precio se elevará aun más, ya que el PCN le va a cobrar muy caro a Tony Saca y ARENA el favor de completar la mayoría que ARENA prometió, pero no pudo alcanzar por su propia fuerza. Es hasta incomprensible que un hombre con instintos políticos tan desarrollados como Tony Saca no haya hecho una apuesta totalmente diferente: crear las condiciones para que puedan surgir y fortalecerse fuerzas de oposición con los cuales se puede concertar. El precio que esto le hubiera costado a Tony Saca talvez hubiera sido elevado –me imagino que por esto no escogió esta ruta- pero hubiera sido a la vez una inversión en el país, en la gobernabilidad. En cambio, lo que le tocará pagar al PCN no construye gobernabilidad, sólo compra tiempo y atrasa soluciones.

Para la izquierda, un resultado parecido al status quo tendría impactos tal vez aún más profundos. Si el FMLN no pierde votos y termina recuperando -vía votación popular- las diputaciones que perdió con el éxodo del FDR, quedaría validada la política inflexible de la dirección del Frente. Un resultado de este tipo significaría un cheque en blanco para los ortodoxos: pueden seguir reprimiendo o expulsando al grupo reformista, sin costo electoral ninguno. Pueden seguir políticas de veto a la gobernabilidad, sin pagar costo electoral alguno. Pueden seguir pensando, incluso, que están en el camino correcto. El pueblo no se puede equivocar…

La otra cara de la misma moneda: Si el FDR y CD no logran restarle votos al FMLN, quedaría confirmada la percepción de que salir del FMLN significa un paso al vacío; que no hay opción electoral de izquierda más allá del FMLN; y que las bases pueden ser inconformes con curso y dirección del FMLN, pero no están dispuestas a abandonarlo, castigarlo, sustituirlo.

El corto intermedio del G-14 en la Asamblea será la historia triste de un grupo de diputados que tenían sus meses de fama. Sus éxitos como negociadores, concertadores, y facilitadores de soluciones a problemas entrampados parece no gozar, a la luz de las encuestas, de respaldo en las urnas. Este resultado no sólo confirmaría el status quo, sino peor: restablecería el status quo antes transitoriamente alterado por la salida de un grupo de reformistas del FMLN, el surgimiento del FDR y la constitución de grupo parlamentario G-14; el votante, reestablecería el orden de las cosas –una asamblea dominada por la polarización estéril entre ARENA y el FMLN- eliminando la fuerza que por unos meses logró cambiar la correlación y avanzar a la gobernabilidad.

Entonces, serias consecuencias de una elección “sin novedades”. Como dije, a veces -en tiempos que necesitan el cambio- la ausencia de novedad puede ser un acontecimiento grave.
La derecha alemana logró ganar por lo menos 5 elecciones con un solo eslogan: “Keine Experimente! ¡Nada de experimentos!” Lograron apelar al miedo colectivo al cambio, a lo desconocido – y mantenerse en el poder más de 20 años. La diferencia es que aquí el eslogan “¡Nada de experimentos, defendamos el status quo!” es compartido por la derecha y la izquierda.

(Publicado en encuentroselfaro)