Estimado Raul:
ya regresé a mi país, luego de dos semanas en tu querida Venezuela. Ya escribí y publiqué las historias de los personajes que tuve el privilegio de conocer y que me contaron sus vidas y sus sueños para transformar a Venezuela en lo que podría ser: un país que logra vencer la pobreza sin vender sus libertades...
Escribí la historia tuya y de mi encuentro contigo en la cárcel militar, donde te tiene Hugo Chávez, quien una vez fue tu amigo; quien junto contigo empezó una revolución para defender la libertad y la democracia; y quien luego te echó preso, porque vos todavía estás defendiendo la libertad, aunque ahora contra él...
La historia se llama “Héroe y traidor” y escribí otra sobre Iván Simonovis, quién está preso en otra cárcel peor que la tuya. Ambos, vos y él, están presos porque Chávez necesita reescribir la historia del golpe del 2002, en la cual él como “comandante en jefe” no hizo un papel muy decente ni heroico, mientras el comisario Iván y el general Baduel, en distintas trincheras, cumplieren su deber. Nada más. Vos reestableciendo el orden constitucional, llevando a Chávez de regreso al poder; Iván evitando un baño de sangre en las calles de Caracas.
Fingí ser tu ‘amigo personal’ para poder entrar en la cárcel militar, y en la tarde salí del fuerte Ramo Verde siéndolo de corazón.
Gracias, Raúl, por recibir y confiarme.
Paolo Lüers
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