martes, 29 de junio de 2010

De contubernios y otras orgías

El viernes pasado, el Diario Colatino publicó un editorial titulado “Oportuno mensaje del Presidente Mauricio Funes”.

Con sorprendente y atrevida acrobacia, no sólo lingüística, sino también política. Escribe el editorialista de Colatino: “El contubernio o no de la derecha mediática con ciertos voceros de la derecha política y empresarial, han sembrado en el imaginario colectivo salvadoreño que la delincuencia común y organizada ha superado la capacidad del gobierno para afrontarla, lo cual por supuesto, no es cierto”.

Extravagancia estilística aparte, lo que el editorialista del Colatino está planteando es claro: No se preocupen, nuestro gobierno tiene plena capacidad de afrontar la delincuencia. Cualquiera que lo ponga en duda, difunde mentiras al servicio de la derecha.

En el mundo donde vive el editorialista oficial, el “contubernio” es cosa seria, es una verdadera orgía con múltiples participantes. Aparte de los medios y la empresa privada, “el crimen organizado y común se han unido para hacerle la vida imposible a este gobierno del cambio, y, esconder con ello, la efectividad de algunos planes en seguridad del gobierno.” Tono original Colatino.

“En este marco es que se da el repudiable y condenable hecho del domingo en Mejicanos”, concluye Francisco Valencia.

Entonces, tuvo razón el presidente de la República quien igualmente interpretó el atentado de Mejicanos como intento de “fuerzas oscuras” que quieren desestabilizar a su gobierno. El pobre gobierno se encuentra bajo ataques terroristas. Ergo, hay que solidarizarse con el gobierno.

¡Vaya lógica!

Mientras el gobierno y sus editorialistas perciban el atentado de Mejicanos como parte de un plan de desestabilización al gobierno, lógicamente van a percibir la cobertura periodística de los eventos y, sobre todo, cualquier crítica a sus políticas de seguridad, también como parte de una conspiración para desestabilizar al gobierno. De ahí se explica que al presidente Funes, siempre cuando se expresa sobre el tema, lo vemos en defensiva. Lamentablemente, en defensiva.

De ahí también se explica porqué el presidente, haciendo de la ofensiva la mejor defensa, ataca de manera tan visceral las propuestas de seguridad elaboradas por ARENA, antes de haberse molestado en conocerlas. Porque una reunión ya pactada para recibir estos insumos elaborados por la oposición el señor presidente la mandó a suspender, con la increíble explicación que no podía recibirlos “porque han invitado al golpista Micheletti”. “Ya no juego con vos, porque jugaste con fulano...”

Descalificar de antemano las propuestas o posibles críticas de la oposición, acusar a los medios de comunicación que no hagan eco a las “fuerzas oscuras que quieren desestabilizar al gobierno”, no parece un camino que lleva a crear los acuerdos nacionales que necesitamos para enfrentar los retos en el área de seguridad pública. El presidente, si realmente quiera unidad nacional para más que adorno en sus discursos, tendrá que dejar de imaginarse ataques desestabilizadores contra él y asumir la responsabilidad de enfrentar los ataques contra los ciudadanos.

Y al pobre que le toca escribir editoriales oficialistas habrá que decir: Cuidado que no escriba nada que contradiga la línea editorial que adoptó su master cuando a le tocó criticar las políticas de seguridad pública de anteriores gobiernos.

(El Diario de Hoy)