sábado, 1 de febrero de 2014

Un voto razonado

Mañana votaré por Norman Quijano - a pesar de mi desacuerdo con su decisión de poner en el centro de su campaña la condena a la tregua y el combate frontal contra las maras, en vez de privilegiar la búsqueda de soluciones no violentas y la reinserción. He expresado en varios artículos mi oposición a esta manera oportunista y populista de usar el dolor y el miedo de la gente para ganar votos.

Entonces, ¿porqué votaré mañana por Norman Quijano? Les voy a dar mis razones. Me gusta la idea del voto razonado. Primero, tampoco los otros dos candidatos me inspiran confianza en cuanto a sus propuestas de seguridad. Ninguno responde a mi preocupación central: ¿Cómo reducir y prevenir la violencia que agobia al país, y cómo atacar las raíces de esta violencia: marginación, exclusión, destrucción del tejido social?
Ya conocemos la política de super mano dura que implementó Elías Antonio Saca en su mandato anterior, y que nos llevó a ser el país más violento del planeta. También ya sufrimos la incapacidad, la improvisación y la politización de la PNC que caracterizaron la política de Seguridad, cuando entre junio del 2009 y noviembre del 2011 estuvo bajo el control total del FMLN. Saca entregó un país con 15 homicidios diarios, y el FMLN entregó el control de la PNC, del aparato de inteligencia y del ministerio de Seguridad y Justicia con la misa tasa record de homicidios.
La situación comenzó a mejorar sustancialmente, cuando Funes se vio obligado a quitarle al FMLN el control de Seguridad. Cada paso que se avanzó a partir de este momento encontró resistencia, conspiraciones e intentos de boicot por parte del FMLN y de muchos (no todos) sus cuadros dentro de la PNC. El FMLN se opuso a la despartidización y la reestructuración de la PNC y de Inteligencia; se opuso a la tregua entre pandillas y la forma como la facilitaron el Ministerio de Seguridad y Centros Penales. No hay ninguna razón de pensar que FMLN tenga un mejor concepto que Norman para los temas seguridad, combate a la delincuencia, reducción de violencia, reforma policial, prevención y reinserción. La triste realidad es que ninguno de los tres candidatos ha presentado una estrategia que inspira confianza. Así que Norman Quijano está en buena compañía: hasta la fecha, todos aplazan en esta materia tan esencial.
Una vez electo el nuevo presidente, habrá que entrar con él y su equipo en el trabajo de construir una política realista de Seguridad, que no puede partir de botar lo logrado en dos años de tregua y el subsiguiente proceso de diálogo, mediación y reducción de violencia. Hay que construir sobre lo logrado - y corregir los errores que el gobierno de Funes ha cometido.
Funes, durante dos años, habló permanentemente de la tregua y sus logros, pero no invirtió ni cinco en las comunidades, donde se originó y se sigue reproduciendo la violencia. Pura paja. El próximo gobierno tendrá que hacer precisamente lo contrario: dejar de hablar de treguas, pero focalizar su inversión social en la rehabilitación de las comunidades.
El nuevo gobierno tendrá que negociar, no con las pandillas, sino con los alcaldes - y junto con ellos definir planes de desarrollo para los municipios más afectados por exclusión y violencia. El nuevo gobierno tendrá que crear el espacio y la condiciones, para que los alcaldes y los líderes comunitarios hagan lo necesario para que la inversión en sus comunidades lleve a la reinserción de los que ahora están fuera de la ley. La reinserción es la única prevención efectiva.
 
A pesar de su campaña dañina, yo voy a votar por Norman, porque lo conozco como hombre responsable y práctico. Muy a pesar del discurso agresivo que caracteriza su campaña, con Norman será más fácil construir esta política realista de Seguridad que necesitamos. Sobre todo luego de su decisión valiente de encargar el área Seguridad de su gobierno, no a los halcones dentro de su partido que quieren revivir las políticas fracasadas de mano dura, sino a Facundo Guardado. O sea a un hombre que tiene liderazgo, sensibilidad social y capacidad de generar acuerdos. Es la muestra que Norman no quiere regresar al pasado, sino abrir un capítulo nuevo.
Hay una razón todavía más imperiosa que me hace votar por Norman. De los tres candidatos, Norman es el único que puede asegurar las dos cosas básicas que necesita el país: blindar nuestras instituciones democráticas, y crear el clima de confianza indispensable para que el país vuelva a crecer económicamente y se mantenga fiscalmente viable. El populismo desfrenado de Saca, así como el autoritarismo de Sánchez Cerén, José Luis Merino y Cia. ambos son amenazas para la democracia y para el desarrollo económico y social.
Incluso si Saca o Sánchez Cerén nos ofrecieran un programa mejor racionado de Seguridad e Inversión Social que Norman Quijano (cosa que no es el caso), no votaría por cualquiera de los dos. ¿De qué sirve que un candidato me presente el mejor programa de Seguridad del mundo, si el conjunto de sus políticas lleva a el país a la quiebra y la democracia al colapso? La primera condición para poder enfrentar de raiz los problemas de inseguridad y violencia es levantar la capacidad  del país de generar desarrollo económico y humano. De las tres opciones electorales, sólo Norman y su equipo pueden enfrentar este reto.
Mañana voy a votar por Norman -  a pesar de su pésima campaña. Y pasado mañana voy a comenzar a trabajar para que con el nuevo gobierno el país arranque con una visión realista y responsable sobre cómo enfrentar la violencia, la delincuencia, la marginación. La presencia de personajes como Facundo Guardado, Joaquín y Salvador Samayoa, el Chele Quiroz, Miguel Ángel Simán, Claudia Umaña, René Portillo Cuadra, Sandra de Barraza, a quienes Norman ha incorporado en su equipo, me da la certeza que hay apertura. Hay que aprovecharla.
(El Diario de Hoy)