lunes, 22 de agosto de 2005

El diálogo orgánico o la concertación entre los órganos

El Salvador, siempre especial. Ahora resulta que somos el único país cuyo gobierno tiene una Mesa de Homicidio y una Mesa de Pandillas. Alguien que no es de aquí, algún turista, al escuchar estos nombres, se imagina actividades del crimen organizado: una agencia para sicarios, un stand en la feria internacional de la Mara Salvatrucha...

No, explica un salvadoreño, ¿cómo va a pensar?, somos un país civilizado. Se trata de mesas de concertación, convocadas por el gobierno de Elías Antonio Saca. Así resolvemos nosotros los salvadoreños nuestros conflictos. Es más, es nuestro aporte a la cultura política del mundo...
Entonces, algo asustado, nuestro visitante se imagina que en la Mesa de Homicidio los representantes del gobierno están negociando con los asesinos: cómo conciliar las estadísticas conflictivas de homicidios manejadas por la policía, la fiscalía, medicina legal y el gremio de asesinos profesionales. Y en la Mesa de Pandillas se imagina a las diferentes maras y la policía discutiendo cómo demarcar las áreas de control de cada uno: MS, M18, MMM, PNC, - barrio por barrio, colonia por colonia…

No hombre, dice nuestro guía de turismo, no seas tonto: En las mesas de concertación se elaboran las políticas para reducir la tasa de homicidios y para desarticular las maras, respectivamente...

Ya se relaja el extranjero: Ah, entiendo, son mesas de concertación entre los diferentes partidos, de gobierno y de oposición, para ponerse de acuerdo sobre políticas de Estado para seguridad pública y el sistema penal...

Todavía no hemos llegado a esto, explica el anfitrión, tome en cuenta que acabamos de salir de una guerra civil hace apenas 13 años, así que oposición y gobierno en una mesa, difícil. Tampoco hay que confundir propaganda y realidad. Pero estamos avanzando, ya se sientan en una mesa para negociar políticas conjuntas los diferentes órganos del Estado anteriormente enfrentados: el órgano ejecutivo, el órgano judicial, el órgano legislativo, el órgano empresarial, la policía, la fiscalía, la procuraduría de derechos humanos, etcétera...

Qué concepto más raro que tienen estos salvadoreños de la división de poderes, piensa el turista y decide mejor seguir de viaje a Nicaragua...

¡Tamañas sorpresas se llevará en Managua el chele ignorante ese!, piensa el salvadoreño.

Sentado en Ticabus, el viajero dice: Mesa de homicidio, ¡my ass! (Publicado en El Faro)