Estimado ministro:
Usted sabe que tuve mis dudas cuando le nombraron ministro. Hubiera preferido a un civil en Defensa. Hoy tengo que decir: ¡Mi respeto! No tomando en cuenta (por razones obvias) a una señora octogenaria, usted es el único con cojones en este gabinete...
Como muchos advertimos (incluyendo usted), el presidente decidió sacar al ejército a la calle, pero lastimosamente con las manos atadas. Sin plan. Sin control de las cárceles, donde funcionan los puestos de mando de las pandillas. Sin tener el valor de declarar un Estado de Emergencia...
Usted tiene razón: O hay emergencia - entonces hay que declararla, con todo lo que significa. O no hay emergencia - entonces no tiene sentido movilizar al ejército.
Todos sabemos que hay emergencia. Hace falta recuperar el control que las autoridades han perdido a las pandillas en varios municipios.
Usted ha mostrado paciencia. Después de tres meses de tener a sus tropas en el territorio, pero con las manos atadas, tiene el derecho (es más, ¡el deber!) de hablar fuerte y exigir al presidente que no les deje solos en la calle.
Tiene razón en exigir que declaren el Estado de Emergencia en los municipios donde quieren que el ejército entre a disputarle el control a las pandillas. Tiene razón de exigir que exista un plan integral de combate a la delincuencia. Tiene razón en demandar al presidente que asegure que PNC y Dirección de Cárceles hagan lo suyo.
Todo esto requiere valor. Y como nadie más en el gobierno lo está mostrando, usted habló fuerte. Ojala le escuchen.
¡Qué triste (y típico) que en un gobierno de izquierda el único que se atreve a hablar a calzón quitado de Seguridad sea un militar...!
Saludos, Paolo Lüers
(Más!)