martes, 26 de enero de 2010

De complejos fatales y trampas cazabobos

El populismo marcha triunfante en El Salvador. Todos lo abrazan. El FMLN, por convicción y estrategia, el PCN y GANA por conveniencia y corrupción, y ahora también ARENA, por acomplejados.

Ya no aguantan que todo el mundo les diga que son un partido que corresponde a los intereses del gran capital. Es una cosa que lo diga el Frente, eso resbala. Pero ahora lo están diciendo - como si alguien hubiera escrito un guión - el ex presidente Tony Saca, el ex presidente del Coena, Antonio Salaverría; el alcalde Rafael Morán; el ex jefe de la bancada arenera, Guillermo Gallegos...

Pero no porque muchos repiten este mismo estribillo, un partido tiene que acomplejarse y acobardarse, cuando de verdad el sistema del libre mercado y la seguridad jurídica necesitan quién los defienda.

Le tendieron una emboscada a ARENA y cayó. El FMLN propuso en la Asamblea un decreto para eliminar la cuota base de los teléfonos fijos. Y los diputados de ARENA dijeron: Esta es la oportunidad de oro para mostrar que no somos lacayos del gran capital.

No vamos a permitir que el FMLN tome el crédito por una medida en favor de 1.1 millones de familias y en detrimento de las tan odiadas compañías telefónicas. No vamos a caer en esta trampa que nos hacen para volver a señalarnos como defensores de intereses especiales...

Esto se llama trampa cazabobos. Para evitar caer en una trampa fingida, ARENA cayó en la emboscada fatal: dieron sus votos por una maniobra populista del Frente. Para evitar que les griten: "puta", perdieron de hecho su virginidad, apoyando un decreto que a todas luces es contrario al orden económico, a la seguridad jurídica, a la libre competencia y a la responsabilidad del Estado de ejercer una regulación justa que crea un equilibrio entre la protección del consumidor y la competitividad de las empresas de servicio.

Es obvio que la Asamblea no puede, de la noche a la mañana, sin ningún análisis técnico previo, sin ninguna negociación con las empresas afectadas, sin ni siquiera consultar a la institución competente (la SIGET), intervenir en los precios de un servicio. Es una locura.

La verdadera emboscada cazabobos, en la cual los diputados de ARENA cayeron como si fueran novatos, es la siguiente: el presidente Funes va a vetar este decreto. Tiene que hacerlo, porque atenta contra los fundamentos de nuestro orden económico. No puede permitir que los diputados, sólo para quedar bien con la gente, le quiten a las telefónicas $120 millones de ingresos al año.

Y los diputados areneros van a quedar como pendejos y vacilantes, que ya no se atreven a defender el orden económico contra el populismo. Le dieron a Mauricio Funes la oportunidad de oro de poder presentarse como el "Superman" que protege al país y la empresa privada del populismo unido de izquierda y derecha: "Vean, no necesitan a ARENA para protegerlos de los peligros estatizantes y populistas del Frente; su Presidente los defenderá...". El Superman que ya desafió a su propio partido y que hoy desafía, incluso, a un decreto apoyado por todos los partidos.

El problema detrás de este error de ARENA es la confusión que tiene de su propio carácter como partido, de sus propias convicciones. Esto es sumamente grave. Sólo porque el Frente y la nueva "derecha popular" se han puesto de acuerdo para decir que ARENA corresponde a los intereses de la gran empresa, el partido no tiene el derecho de acomplejarse y paralizarse cuando de verdad hay que defender el libre mercado y rechazar intervenciones populistas del Estado
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Cuando el FMLN lanzó en la Asamblea la iniciativa de hacer a más de 1.1 millones de familias un regalo mensual de entre 10 y 14 dólares, expropiando estos fondos de las compañías telefónicas, era el momento ideal para que ARENA saliera de su confusión y parálisis interna para asumir -con firmeza, pero también con mesura- la defensa de la seguridad jurídica y del sistema del mercado social. En este momento, en vez acobardarse y apoyar un decreto a todas luces populista e inviable, hubiera exigido una regulación justa y racional de la tarifa telefónica.

La gente lo hubiera entendido perfectamente. La gente no es pendeja, no pide regalos, pide tarifas justas supervisadas y reguladas por el Estado. La gente sabe que no hay almuerzo gratis. ¿Por qué lo ha olvidado ARENA?

(El Diario de Hoy)