Estimados políticos:
Está en sus
manos que salgamos de la polarización exagerada de la reciente campaña
electoral y de la bochornosa crisis del escrutinio, con un gesto que
restablezca la credibilidad y la confianza en el sistema democrático del
país. Es muy simple: Conviertan la elección del presidente de la
Asamblea y de toda la Junta Directiva en una expresión de la
concertación, y no de la prolongación e institucionalización de la
polarización.
Si ustedes, los dirigentes de ARENA, no se equivocan
en la postulación de candidatos para la presidencia y la Directiva de
la Asamblea; y si ustedes, dirigentes del FMLN, aceptan que la
presidencia del órgano legislativa le toca a la oposición, no solo sus
partidos, sino el país entero ganará credibilidad.
El simple
hecho que el FMLN reconozca la nueva correlación de fuerzas generada por
las elecciones de 2015, en vez de alterarla mediante la compra de
voluntades, sería una señal que no pasaría desapercibida por los
inversionistas y la comunidad internacional. Mostraría que el FMLN es
capaz de actuar con lógica de gobierno y de país, y no se deja arrastrar
por intereses de control partidario. Para hacer esto posible, se
necesita una posición clara del Presidente de la República.
En
cambio, si la señal es que el FMLN, a toda costa y sin pensar en el
interés del país, sigue en al camino de consolidar, a toda costa y
desatendiendo el interés nacional, su control de las instituciones del
Estado, se autocondena a gobernar un país sin ninguna salida de la
crisis.
No me voy a meter en el debate de quién debería ser el
próximo presidente de la Asamblea propuesto por ARENA. Pero tiene que
ser una personalidad apta para la construcción de consensos y la
administración racional de diferencias. Incluso si el FMLN lo aceptara,
de nada serviría al país que la Asamblea sea dirigida por una persona
que actúe como Sigfrido Reyes, sólo al revés. Así como el FMLN tiene que
reconocer que no ganó las elecciones, ARENA tiene que reconocer que la
sociedad lo convirtió en primera fuerza no para actuar pegado al pasado
sino para responder a la expectativa de apertura política, pluralismo y
renovación. Si esto no se expresa, de manera clara, en su propuesta para
la dirigencia de la Asamblea, no lograría un acuerdo con el FMLN, ni
mucho menos restablecer la confianza del país y de los inversionistas en
el futuro del país.
Así que las dirigencias de ambos, FMLN y
ARENA, tienen una gran oportunidad de mostrar su madurez y su genuino
interés de actuar en el interés nacional, no solo en el interés
partidario.
El argumento de ustedes, dirigentes del FMLN, que la
elección del próximo presidente de la Asamblea tiene que responder a la
gobernabilidad, y que por esto no puede ser la oposición que asuma este
cargo, es una gran falacia. La gobernabilidad de un país no se expresa
en el hecho que un partido controla todos los órganos del país, sino en
la inclusión de todo el espectro político, la pluralidad - y en la
capacidad de concertar políticas del Estado. Les puede parecer más fácil
gobernar controlando todo el Estado, pero esta no es el tipo de
gobernabilidad y estabilidad que esperan los ciudadanos y los
inversionistas. Esperan estabilidad basada en equilibrio, no de control.
Por otra parte, espero que ARENA esté suficientemente renovada
para ejercer su rol de oposición en un esquema de gobernabilidad de este
tipo.
Si ustedes, quienes dirigen los dos partidos mayoritarios,
se equivocan y definen mal el concepto de gobernabilidad y de
oposición, respectivamente, el país no tiene futuro. Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy