Estimados
rectores universitarios:
Siempre se dice que las encuestas pre-electorales tienen dos funciones: medir la opinión pública, y al mismo tiempo influir en ella. Las encuestas generan la percepción sobre perdedores y vencedores, y así se convierten en un poderoso instrumento de las campañas proselitistas.
Siempre se dice que las encuestas pre-electorales tienen dos funciones: medir la opinión pública, y al mismo tiempo influir en ella. Las encuestas generan la percepción sobre perdedores y vencedores, y así se convierten en un poderoso instrumento de las campañas proselitistas.
Luego de estas elecciones, queda
comprobado que todas (!) las encuestas emitidas por sus universidades (UCA,
UTEC, UFG) exclusivamente cumplieron la segunda función: generar opinión, pero
lamentablemente dibujaron imágenes falsos de la opinión pública y sirvieron
como armas propagandísticas del FMLN. En cuanto a su función primordial de
medir la opinión de los potenciales votantes, aportaron absolutamente nada. Por
lo contrario.
Incluso la últimas encuestas
universitarias, publicadas en febrero, pintaban al público un panorama falso,
en el cual el candidato del FMLN para la alcaldía de San Salvador llevaba una
ventaja de entre 13 y 25 puntos. De hecho, a esta altura la carrera estaba bien
apretada, y Bukele terminó ganando con una mínima diferencia. Tan mínima que uno
se pregunta: ¿Cómo hubiera sido el resultado sin encuestas tan engañosas?
El efecto distorsionador y manipulador de
las encuestas universitarias aun se duplicó por la irresponsable manera como
ustedes usaron su prestigio como académicos y rectores universitarias para
presentar y propagarlas. Los canales de televisión han institucionalizado sus
llamadas “rondas de rectores”, donde ustedes crean la ilusión que ahí habla la
sabiduría, independencia y el sentido crítico de los académicos. La triste
verdad es que ahí hablan, en el mejor de los casos, ciudadanos comunes, con
mediocre criterio político y con los mismos prejuicios de ninguna manera filtrados
por criterios científicos. En el peor de los casos, oportunistas que sacrifican
el prestigio de sus casas universitarias para quedar bien con el gobierno de
turno. De sabiduría, ni la huella.
Uno se pregunta: ¿Qué pasó en este país,
donde por la Universidad de El Salvador y la UCA han desfilado intelectuales,
rectores y profesores de alto reconocimiento internacional, para que hoy las
“rondas de rectores” sean tertulias mediocres como cualquier otra en cafetines
y en el lamentable concierto de debates y entrevistas? Ver al rector de la UES,
sucesor de intelectuales de respeto como don Fabio Castillo, Félix Ulloa y
María Isabel Rodríguez, tartamudear en un estudio de televisión y hacer
propaganda gratis al FMLN (tal vez pensando en las próximas negociaciones del
presupuesto universitario con el Ejecutivo), da pena ajena. Ver al rector
actual de la UCA, o a su antecesor inmediato Chema Tojeira, ambos herederos de
Ignacio Ellacuría, hablar frívolas ocurrencias, pero siempre al favor del FMLN,
resulta altamente frustrante.
No sólo vendieron las encuestas universitarias
como imparciales y científicamente válidos, también se dedicaron, en unísono, a
desprestigiar la única encuesta que al final de día resultó válida: la de New
Link y El Diario de Hoy, que diagnosticó dos veces, en enero y otra vez en
febrero, que Bukele y Zamora estaban empatados. En vez de reflexionar, como
corresponde a académicos serios, sobre el reto que a todos ustedes lanzaba esta
encuesta de New Link, con su enfoque metodológico diferente, no les ocurrió
otra coas que burlarse: ¿Cómo se les ocurre hacer una encuesta en facebook?
Obviamente no saben, porque no lo han
estudiado, que esta nueva metodología del “análisis predictivo”, apoyándose en
complejas fórmulas matemáticas, en muchos países ha revolucionado la forma de
hacer estudios de mercado y mediciones de la opinión pública. Entiendo que va
contra su naturaleza reconocerlo, pero El Diario de Hoy, luego de mucha
discusión con los matemáticos, sociólogos y informáticos de New Link, tomó la
audaz decisión de apostar a esta nueva metodología. ¿Saben por qué? Porque la
experiencia de los últimos años con las encuestas tradicionales, como ustedes
las siguen haciendo, nos llevó a la conclusión que nunca se acercan a la
realidad, y que son muy vulnerables a la contaminación ideológica de sus
resultados. Prueba de esto: las encuestas que ustedes tanto defienden, aunque
elección tras elección producen mediciones absurdamente erróneas.
Las universidades, si quieren recuperar
su credibilidad, tienen que revisar de fondo la concepción de sus encuestas.
No
me tomen mal mis palabras tan francas, señores, pero alguien les tiene que
decir la verdad: Están haciendo un pésimo servicio a la academia salvadoreño y
al país. Saludos, Paolo
(Mas!/El Diario de Hoy