martes, 16 de septiembre de 2008

La oferta se vence pronto

Hay amores que nunca se materializan porque el tipo nunca se pone claro. La chava le hace señas, pero el muchacho tiene miedo de qué van a decir sus tatas.

La chava le tira besitos de lejos, pero él está preocupado de lo que pueden pensar sus cheros. La chava le manda mensajitos con terceros, pero el candidato quiere esperar que sus padrinos y sus compañeros de tenis estén de acuerdo.

Las mujeres, aunque les gustemos, nos mandan al carajo si no mostramos decisión e independencia. Nadie se mete con un tipo que no toma decisiones independiente --y si fuera necesario en contra-- de la voluntad de sus tatas y sus padrinos.

La espera tiene sus límites. Hay que darle chance de lidiar con las resistencias en su familia. Pero llega el momento cuando la chava se da cuenta que el tipo no tiene lo que espera: coraje.

Rodrigo Ávila tiene ratos de estar coqueteando con la centroizquierda para que le ayude a producir la apertura que busca contra grandes resistencias en ARENA.

Para que le ayude a llenar de contenido y credibilidad sus conceptos de "país justo" y "gobierno de ciudadanos."

Pero no se pone claro. Otros dicen: No se pone los pantalones. Corre el peligro de que cuando al fin quiera ya no haya nadie que esté disponible. Rodrigo Ávila sabe que sólo de la mano de sus tatas y acompañado de sus cheros de siempre no puede ganar.

No puede ganar si no puede ofrecer al país un programa y un equipo de gobierno capaces de generar las reformas que necesita el país.

También sabe que no es de ARENA de donde puede surgir este programa de reforma y el equipo que lo puede realizar. ARENA está agotado, y sus propios aliados de siempre, los empresarios, le están empujando a una apertura hacia la izquierda.

No tiene que ser amor. Puede ser una relación de conveniencia. Sobe todo para el país. Pero Rodrigo Ávila necesita la capacidad, el compromiso democrático, el empuje reformador de la izquierda para ganar y para gobernar.

Y esta izquierda reformadora ¿qué va a hacer si el candidato de ARENA no se pone claro y no se atreve a actuar con independencia? Nada. Esperar. Seguir siendo masa crítica. Ni modo. El que pierde si la alianza reformadora con la izquierda democrática no se concretiza es Rodrigo Ávila. Y el país.

Pero esto es relativo. El país y la izquierda democrática pueden esperar hasta que se abra otra 'ventana de oportunidad'. ARENA y Rodrigo Ávila, no.

Para ellos es la última oportunidad. Si no usan esta oportunidad de reformar el país la harán otros, con más riesgos para todos, con otros rumbos que difícilmente fortalecerían a la institucionalidad democrática del país.

Conste, aquí no estamos hablando de la vicepresidencia. Esta hay que decidirla también y pronto.

Estamos hablando de la construcción de un proyecto político, de la concertación de un programa para el país. Esto puede funcionar con cualquier candidato a la vicepresidencia que no sea abogado del continuismo.

La persona que acompaña a Rodrigo Ávila en la fórmula no tiene que ser de izquierda, es suficiente que sea alguien con disposición y capacidad de construir la apertura y la alianza.

Lo más importante es que agregue capacidad al debate de ideas y propuestas que tiene que estar en el centro de la campaña electoral.

Pero el que tiene ponerse claro y asumir liderazgo audaz dentro de su partido, es el candidato. Si no, se queda con las ganas...

PS: ¿Qué pasa si el pretendiente, mientras no se pone claro y tiene a la chava esperando, mete la pata? Bueno, complica la cosa. Tendrá que explicar mucho, tendrá que mostrar que ha recapacitado…

Así, a Rodrigo Ávila le tocará reflexionar mucho sobre la historia de la guerra y de la paz en El Salvador. Su discurso frente a los veteranos de la Fuerza Armada demuestra que tiene mucho que aprender antes de poder ser presidente.

(Publicado en El Diario de Hoy, Observador Electoral)