El Frente, junto con los 12 diputados ex areneros recién adquiridos, se tomó el Parlamento. Bueno, la directiva. En vez de desbancar a don Ciro, como intentaron hacer el jueves, el FMLN+12 se dejaron convencer del presidente Funes de que sería mejor salvarle la cara y dejarlo unos 15 meses más en la silla desde la cual dirige la Asamblea.
Claro, de nada les hubiera servido comprarse a los 12 ex areneros si al mismo tiempo se ganan la enemistad del PCN. Así hubieran ganado la mayoría simple, pero perdido toda esperanza de alcanzar la mayoría calificada que Funes y el Frente necesitan para la aprobación de los créditos y del presupuesto extraordinario.
Funes hizo entrar en razón al FMLN+12 e hizo que Sigfrido Reyes aceptara esperar 15 meses antes de coronarse como presidente, aunque sea solamente de la Asamblea.
Entonces, había que negociar con el PCN. Un día después del intento de desbancarlo se sientan con él a transar. Una ronda memorable: compradores y ofertantes de voluntades políticas, juntos con los “brokers”, definiendo la “nueva realidad política del país” y fijando los precios de diputados, secretarios y vicepresidentes de la Asamblea. En el mundo financiero esto se llamaría manipulación de la bolsa, y para evitarlo hay instituciones con autoridad de supervisión y sanción. En política, se llama negociación y no hay autoridad que la supervise o sancione más que nuestra conciencia ciudadana...
¿Alguien realmente se sorprendió de que Ciro Cruz Cruz Zepeda estuviera dispuesto a apoyar el golpe de Estado en la Asamblea, con tal que le dejen otros 15 meses de presidencia legislativa?
El jueves le enseñaron el palo; el viernes, la zanahoria. Le dijeron: “Te vamos a joder de cualquier manera, porque ahora somos el FMLN+12. Si te unís a nosotros, te dejamos 15 meses más; si no, te vas hoy mismo”.
Don Ciro agarró la zanahoria y seguirá presidiendo la directiva de la Asamblea, sólo que a partir de hoy una directiva donde manda el Frente. ¡Felicidades!
Los resultados de esta transacción: Un voto (con su respectivo salario) más para el Frente en la directiva; uno menos para ARENA, uno menos para el PDC, los dos partidos que se mantuvieron fuera del pacto. Y se quedan con tres votos cada uno los dos grupos que constituyen el “pool” de votos disponibles que están en oferta: PCN y los 12.
Entiendo perfectamente por qué Rodolfo Parker, el secretario general del PDC y hasta el sábado vicepresidente de la Asamblea, no peleó su cargo. Le felicito de que se haya retirado. Lo que me cuesta entender es que Parker y su PDC al fin dieron sus votos a esta nueva directiva. Si Rodolfo Parker está convencido de que la salida de los 12 de ARENA y el nuevo pacto legislativo FMLN+12+PCN es resultado de “una conspiración liderada por Venezuela y teniendo como referentes principales a José Luis Merino y Sigfrido Reyes que buscan la instalación del socialismo del siglo 21 en el país” (vea entrevista en El Diario de Hoy del 1 de noviembre), ¿por qué diablos vota por Sigfrido Reyes como vicepresidente y futuro presidente de la Asamblea? Si Rodolfo Parker dice que el golpe que el viernes se consumó en la Asamblea constituye “una posible inconstitucionalidad”, resulta absurdo avalarlo con sus votos.
Igual la actitud de ARENA. Hay que felicitarlos por negarse a participar en esta rifa. Gallegos ofreció, con la generosidad de quien se siente ganador: Si participan, les aseguramos sus tres votos en la directiva. Si no quieren ensuciarse las manos, les quitamos uno...
Lo más decoroso, pero tal vez políticamente no tan prudente, hubiera sido que PDC y ARENA se retirasen de esta directiva que nació de una reunión nocturna entre vendedores, compradores y facilitadores de voluntades políticas, votos legislativos y cargos bien remunerados.
Hicieron bien en no participar del chanchullo. Pero se quedaron cortos. Casi siempre hacer lo correcto tiene un alto precio. Se necesita valor y visión para asumir este costo. Hay que empezar a negarse al chantaje. En este sentido, la salida de los 12 diputados es dolorosa para ARENA, pero puede ser la gran oportunidad para renovar y consolidar al partido.
Igual, el hecho de que ahora el FMLN+12+PCN tomó control de la directiva legislativa es doloroso, porque es una alteración de la voluntad popular expresada en enero. Pero si este es el impulso que la nueva ARENA necesitaba para realmente asumir su rol de oposición, tal vez al final no resulte tan negativo.
Por otra parte, no hay que dar por perdida la batalla para evitar que el Frente disponga de una mayoría calificada en la Asamblea. ARENA tiene la obligación de seguir recordando al PCN e incluso al grupo de los 12 que han sido electos para hacer contrapeso al nuevo gobierno, y de seguir retándolos a asumir este papel. La batalla no está perdida. No es cierto que el viernes el PCN haya decidido incorporarse en un bloque con el FMLN y los 12. Sólo ha reafirmado su trayectoria de jugar a dos bandos. En última instancia, irá con el más fuerte. Y todavía nadie sabe quién saldrá realmente fortalecido de todo esto...
(El Diario de Hoy)