jueves, 19 de noviembre de 2009

Columna transversal: ¿Quién nos dicta a pedir perdón, nuestra conciencia o nuestros superiores?

Me alegra de sobremanera que en el Ministerio de Defensa esté un militar que tiene el valor de decir públicamente, que está dispuesto a pedir perdón por las violaciones a los derechos humanos cometidos por la Fuerza Armada durante la guerra.

Lo que no me convence es que el mismo general y ministro declare, en la siguiente frase, que haría este pedido público de perdón en el momento que el Presidente de la República se lo ordene.

Ya sabemos que en este gobierno ningún ministro tiene permiso (ni el valor cívico) de hacer ninguna declaración pública de importancia si no está ordenada o autorizada por el Presidente de la República. Este exagerado presidencialismo puede tener algún grado de lógica (aunque no de validez, para mi criterio), cuando se trata de declaraciones que comprometen políticas del Estado. Entiendo también que el Presidente necesita protegerse para que los ministros que corresponden a la cuota partidaria del FMLN no lo comprometan en asuntos donde no hay consenso entre Casa Presidencial y el partido.

Pero en asuntos de conciencia, el ministro no puede condicionar su actuar y sus declaraciones a previas autorizaciones de su Presidente. O su conciencia le dicta pedir perdón al pueblo por los casos en que la Fuerza Armada, de la cual ha sido miembro y protagonista durante la guerra y la cual ahora dirige, ha cometido faltas a los derechos humanos, o su conciencia está tranquila. En el primer caso que pida perdón, en el segundo no.

A nadie le sirve que los militares, en vez de decir al pueblo: "Mi conciencia me dicta pedir perdón..." Diga: "Mi Presidente me ordenó pedir perdón..."

El 1 de febrero, a pocos días del cese al fuego, se celebró un acto público en la Feria Internacional: la instalación de COPAZ, la comisión conjunta que iba a supervisar el cumplimiento de los Acuerdos de Paz. Joaquín Villalobos, jefe máximo del ERP y como tal miembro de la Comandancia General del FMLN, habló en este acto a nombre del Frente.

Sin consultar con nadie y sin pedir autorización de la Comandancia, aprovechó la ocasión para pedir, a nombre del FMLN, perdón al pueblo salvadoreño por los sufrimientos sufridos por la insurgencia y por los errores y abusos cometidos por combatientes o mandos guerrilleros.

Después de este discurso, Villalobos fue sujeto de serias críticas dentro del FMLN y su dirigencia, porque se había negado, incluso, a someter a revisión de la Comandancia el manuscrito de su discurso. Joaquín Villalobos sabía que Salvador Sánchez Cerén y Schafik Handal no le hubieran autorizado a pedir perdón a nombre del Frente. Él me afirmó después que esto era un dictado de su conciencia y no de la Comandancia, y que además este era el momento propicio de hacerlo.

De igual manera, Joaquín Villalobos encaró la Comisión de la Verdad diciendo: "Como máximo responsable del ERP, yo personalmente me hago cargo de todos los abusos a los derechos humanos cometidos por combatientes y comandantes del ERP". En el caso de los alcaldes asesinados por el ERP en oriente, Villalobos declaró ante la Comisión de Verdad: "No busquen responsables entre mandos o combatientes, porque todos actuaron bajo órdenes mías. Yo asumo la responsabilidad y yo pido perdón a las familias de las víctimas..."

Ningún otro miembro de la Comandancia General asumió de esta manera la responsabilidad por crímenes de guerra cometidos por fuerzas bajo su mando. Es por esto que en el informe de la Comisión de Verdad sólo un miembro de la Comandancia General del FMLN sale señalado y recibe como sanción una inhabilitación política de varios años: Joaquín Villalobos.

Ni hablar de los miembros del Alto Mando de la Fuerza Armada. Nadie nunca pidió perdón por nada. ¿Les queremos realmente dar la excusa que nunca recibieron órdenes de ningún Presidente de turno para pedir perdón?

Es que cuando no es la conciencia que nos dicta pedir perdón y asumir la responsabilidad por nuestros errores, ¿quién nos va a creer?

(El Diario de Hoy