martes, 19 de octubre de 2010

Viendo fantasmas


Si es cierto que haber invitado a El Salvador al ‘golpista’ hondureño, Roberto Micheletti, convierte a los empresarios salvadoreños en golpistas, como dice el FMLN, entonces me puedo atrever a aplicar exactamente la misma ‘lógica’ y hacer las siguientes afirmaciones (ojala sin entrar en colisión con la definición que la honorable Sala de lo Constitucional ha establecido del la punibilidad de ataques al honor...):

Los que recientemente trajeron a El Salvador como invitada de honor en su celebración de “30 años de victorias” a la ex-senadora colombiana Piedad Córdoba, están preparando una nueva insurrección armada en nuestro país. Bueno, obviamente sin tener que abandonar sus salarios y camionetas de diputados, sino aprendiendo de su invitada colombiana: dejando que otros se encarguen de matar y morir. La ex-senadora, acusada de colaborar con las FARC, les puede enseñar como funciona este doble juego...

Los que trajeron a El Salvador al teniente coronel Hugo Chávez, en 1996, para participar en la sesión del Foro de Sao Paulo organizado por el FMLN, lo hicieron para preparar un golpe de Estado contra el gobierno de Armando Calderón Sol. ¿Para qué otro fin habrán traído a El Salvador a un militar venezolano recién salido de la cárcel, condenado de haber encabezado en el año 2002 un sangriento intento de golpe militar contra el presidente Carlos Andrés Pérez? Sólo podemos especular porqué al final no intentaron el golpe de Estado. Puede ser porque Hugo Chávez les pareció poco confiable como asesor, o simplemente porque les faltaba un ingrediente importante: una Fuerza Armada dispuesta a dar el golpe...

El presidente Mauricio Funes, al haber invitado al El Salvador al general Raúl Castro, presidente de Cuba, reveló su intención de instalar en nuestro país un régimen sin libertad de organización ni de expresión ni de salir del país.

Los publicistas y artistas que hicieron la campaña “¡U2 VENÍ!” para conseguir que la banda de rock irlandesa venga a El Salvador, lo hicieron con la intención de cambiar el himno nacional salvadoreño por una versión en español de “In God’s Country” (En el país de Dios) cantada de Bono.

Los que trajeron, varias veces, a El Salvador a Manuel Zelaya y a Daniel Ortega, lo hicieron para que les ayuden a diseñar un plan para burlar la Constitución que no permite la reelección presidencial...

Por suerte, todas estas afirmaciones son falsas: Nadie en El Salvador está preparando ni golpes de Estado ni insurrecciones armadas, aunque hayan invitado a Micheletti, Hugo Chávez, Piedad Córdoba y Raúl Castro. Tranquilos, nadie va a cambiar el himno nacional. Y nadie en el FMLN está conspirando para lograr la reelección del presidente, porque -por suerte- no lo soportan.

Son completamente falsas estas afirmaciones, porque parten de una lógica falsa que solo cabe en las mentes de dirigentes del FMLN.

Así que todas estas visitas arriba mencionadas no son más que muestra de que estamos viviendo en una sociedad abierta, libre y tolerante. Me parece que está bien y vale la pena defenderlo: Aquí usted puede traer a golpistas, colaboradores con guerrillas y rockeros - es un país libre.

(El Diario de Hoy)