jueves, 12 de junio de 2014

Columna transversal: Reaccionarios de derecha e izquierda

Hay una guerra contra David Munguía Payés y Raul Mijango que tiene por objetivo terminar de desacreditarlos al grado que con su buena reputación muera todo el proceso de pacificación que se abrió en marzo del 2012 con la tregua. Para terminar con este proceso, pegan a algunos de sus protagonistas, los que más se prestan para desacreditarlos: al general Munguía Payés, quien como ministro de Seguridad facilitó la tregua, y que es blanco fácil porque enfrenta prejuicios y resentimientos tanto en la izquierda (por ser militar), como en la derecha (por ser militar aliado con la izquierda); y a Raul Mijango, el principal mediador (entre las pandillas y entre pandillas y gobierno), a quien es fácil atacar desde la derecha (por exguerrillero) y desde la izquierda (por disidente del FMLN).
Es una guerra sicológica. No existe ninguna posibilidad de llegar a consecuencias penales. Es más bien una especie de linchamiento público, mediante la permanente insinuación que ellos están siendo investigados, que existen testigos criteriados que los involucran en crímenes tan graves como tráfico de armas. Tantas veces han aparecido estas insinuaciones en declaraciones del fiscal general, en notas mal investigadas en los medios, en acusaciones directas de personeros como Ricardo Perdomo y el padre Antonio Rodríguez, y en ataques de algunos personajes de la derecha, que por lo menos quedan sembradas dudas o incluso sospechas.
Estos ataques nunca fundamentados además recibieron municiones por la reciente publicación del libro Infiltrados, de Héctor Silva Avalos, donde David Munguía Payés es retratado como el principal responsable de que siga existiendo lo que Silva se atreve a catalogar como “Pacto PNC-crimen organizado”. Es interesante y (para mi) sospechosa la coincidencia de sectores de izquierda y de derecha. Cuando se trata del general Munguía Payés y de la tregua, derechistas como Carlos Ponce e izquierdosos como el padre Antonio.
En esta campaña de criminalizar a los protagonistas de la tregua les encantaría llevarse de encuentro todos los demás que trabajamos para hacer sostenible el proceso de reducción de la violencia iniciado con la tregua. Claro, es mucho más difícil desacreditar a obispos como Fabio Colindres, Martin Barahona y Medardo Gómez, que con su Iniciativa Pastoral por la Paz aportan activamente al esfuerzo de Fabio Colindres y Raul Mijango; o a empresarios prestigiados como Antonio Cabrales o Elena Alfaro que desde la Fundación Humanitaria acompañan al proceso de pacificación.
Lo más preocupante es la complicidad de la Fiscalía General de la República en esta campaña infame de desprestigio. ¿Cómo interpretar que la fiscalía, en su cuenta oficial de twitter (@prensaFGR) publica un mensaje como este: "Ministro Payés y otros altos oficiales son investigados por comercio ilícito de armas, actos arbitrarios". F General”? ¿O que la FGR publica en twitter la copia del citatorio que hacen a Raul Mijango como testigo? Quisiera que me expliquen cómo este anuncio público en redes sociales, dirigido a todos los medios de comunicación, aporta a la investigación de la fiscalía. Y de un solo me expliquen en qué momento y basado en qué hecho una investigación de determinados oficiales del ejército se ha convertido en una investigación al ministro Munguía Payés, cuando es él quien ha informado a la fiscalía de las irregularidades dentro de la Fuerza Armada…
Fiscalía, medios y el frente unido de reaccionarios de derecha e izquierda en contra de la tregua,  confunden testigos con investigados, fusionan en una sola sopa varias investigaciones totalmente diferentes - para mandar al público este mensaje: Miren, los protagonistas de la tregua resultan siendo señalados de serios crímenes. Por tanto, todo este proceso siempre fue un pacto entre criminales. O una tregua hipócrita, como la llama el fiscal Luis Martínez. O una paz mafiosa, como la llama Antonio Rodríguez, quien como padre católico aceptó trabajar como operador de inteligencia y guerra sicológica de Ricardo Perdomo.
No hay pruebas ni indicios de todo esto - y no las habrá, porque son fabricaciones. Pero usan los medios para desacreditar a los protagonistas del proceso de pacificación. El objetivo de esta campaña es torcerle el brazo al nuevo gobierno, para conseguir dos cosas: que sustituyan a David Munguía Payés; y que no se atreva Benito Lara y Sánchez Cerén aceptar los buenos oficios de Raul Mijango y Fabio Colindres como mediadores en el necesario intento de recomponer el proceso de pacificación.
Ofrecen un debate falso: ¿Regresar o no a la tregua? No se trata de esto. Se trata de corregir el principal error del gobierno Funes: no haber aprovechado la reducción de la violencia lograda entre marzo 2012 y mayo 2013 para entrar con inversiones sociales y de desarrollo en las comunidades donde se vuelve y vuelve a reproducir el círculo vicioso de exclusión y violencia. Mucha paja, pocas nueces.
Contesto de un solo la pregunta que muchos me van a hacer: ¿Confías plenamente en Raul Mijango, Fabio Colindres y David Munguía Payés? La respuesta es: sí. Trabajé por más de dos años con ellos, en asuntos muy delicados que solo funcionan en base de plena confianza. Que Mijango es un tipo incómodo, tengo 30 años de saberlo – y de apreciar que sea incómodo en vez de oportunista.
(El Diario de Hoy)