El 1 de marzo miles de ciudadanos votamos,
más que por un partido, por diputados que prometieron hacer las cosas
diferente. Ustedes recibieron un doble mandato: enfrentar los intentos
antidemocráticos del bloque FMLNGANA, pero no con fanatismo derechista, sino
con racionalidad, vocación democrática, transparencia y audacia. Y el segundo
mandato: impulsar en la oposición la renovación y el relevo de ideas y
liderazgos… En el fondo, estos dos mandatos corresponden a un solo principio:
coherencia democrática.
Ya saben de cuáles de los diputados,
viejos y nuevos, estoy hablando.
La nueva Junta Directiva de la Asamblea |
En la noche del jueves, viendo en la tele
la primera sesión de la nueva Asamblea, me encachimbé con ustedes. No por el
hecho que perdieron la batalla por una Junta Directiva sensata, equilibrada,
responsable y confiable. Ya sabíamos que esta batalla estaba perdida y que el
FMLN nuevamente había logrado armar un pacto con GANA y el PCN para seguir
dominando y manipulando la Asamblea. Culpar a ustedes de esta derrota, como
muchos ilusos hacen en las redes sociales, es injusto. Es culpa nuestra, de los
ciudadanos, que no supimos asestar al FMLN y GANA una derrota más contundente
que haga imposible este chanchullo.
Si esta batalla estaba perdida de
antemano, era correcto no desgastarse llevándola a la última consecuencia de
quedar aislados, marginados de la Junta Directiva y de las comisiones claves. Era
correcto aceptar la presidencia de Lorena Peña – y concentrarse en el rechazo
consecuente a al intento de imponer a Gallegos.
Lorena Peña y Guillermo Gallegos |
O podían firmar el protocolo, pero sin
entrar en el pacto, sin avalarlo. Aceptar que habían perdido una batalla, pero
sin deponer las armas de la crítica – y el arma más poderoso: el voto
racionado.
Ante este dilema, donde cualquiera de las
dos salidas tenía un costo, ARENA se decidió por la última: firmar el protocolo
e incorporarse en la Junta Directiva, a pesar de su composición distorsionada
que no refleja la proporcionalidad de las diferentes fracciones. Hasta ahí,
aunque por nada no me gusta el resultado, no tengo objeciones. No tuvieron
alternativa. Armar berrinche y quedarse marginados, no era opción.
Pero no lo hicieron bien, no fueron
consecuentes. No armar berrinche y auto aislarse es una cosa – rendirse y callarse
es otra. Votar por Lorena Peña para que los diputados del FMLN también votaran
por los candidatos de ustedes, era correcto. No votar CONTRA Gallegos y Merino,
en cambio, fue un grave error. Al abstenerse ustedes depusieron las únicas
armas que les quedaban: votar en contra de candidatos inaceptables, que son una
vergüenza ara la nueva Asamblea, y usar el micrófono para explicar su NO.
Yo me encachimbé cuando ni uno solo de
ustedes hizo uso de su derecho de votar contra los elementos inaceptables de
esta nueva Junta Directiva. Yo me frustré, porque nadie de ARENA, ni los jefes
de fracción y ni siquiera alguien de los renovadores, tomó la palabra para documentar,
con claridad, sus desacuerdo con un presidente Gallegos y con todo este pacto
que da demasiado poder a GANA y al PCN.
¿Qué hubieran ganado con esto? Nada en cuanto a la composición de la Junta. Pero todo en cuanto a su propia credibilidad. Lo peor que hicieron es callarse, y luego dar explicaciones tibias en cuanto a “consenso” y “gobernabilidad”. Tenían que dejar claro que aquí NO hubo consenso, que ustedes NO son parte de este consenso, y que rechazan la gobernabilidad basada en compra de votos.
Resumiendo: Entiendo el dilema en que se
vieron, pero no la manera tan poca audaz e transparente de salir del dilema.
Espero que aprendan rápido que no hay que dejarse extorsionar. Se puede perder
batallas, pero nunca la dignidad. Hay dignidad cuando uno pierde, pero no
cuando uno se calla. Y si callarse era decisión de su fracción, de ustedes
esperaba hacer uso de su voto de conciencia.
Espero que los diputados opositores que
integran esta Junta Directiva, demuestren que no agarraron un pedazo del
pastel, sino que asumieron la responsabilidad de hacer valer la oposición y la
transparencia en este gremio.
Tanto ustedes, como los ciudadanos ahora
tenemos la responsabilidad de hacer que el costo político que el FMLN pagará
por su imposición sea más alto que el costo que ustedes pagarán por enfrentar
tan mal su dilema.
Saludos,
Paolo Lüers