sábado, 15 de agosto de 2015

Carta a mis ex compañeros que hoy nos gobiernan

Corre un fantasma por el mundo: los “voceros de las pandillas”.

El fantasma aparece en la prensa nacional e internacional y fue retomada incluso por medios tan exóticos como “Rusia Today” y “TeleSur”, las agencias de propaganda del presidente ruso Putin y del presidente venezolano Maduro, respectivamente. Solo faltan “Xinhua”, el órgano oficial del Partico Comunista de China, y la KCNA del presidente norcoreano Kim Jong-un…
Y todo esto surge, no a raíz de una investigación periodística, sino por iniciativa del fiscal general Luis Martínez, y el error de un corresponsal de AP, quien ejerce mal su oficio y califica a Raúl Mijango y mi persona como “voceros de pandillas”, sin citar su fuente – y quien luego tuvo que retractarse y difundir una versión corregida de su cable, donde ya no somos “voceros de las pandillas” sino “mediadores de la tregua”. Lo que es cierto.
Y a partir de ahí se genera un mecanismo circular: AP retoma las declaraciones del fiscal; los medios nacionales retomen AP; Medardo González retoma los medios nacionales; Eugenio Chicas, vocero oficial del presidente Sánchez Cerén, retoma al jefe de su partido y agrega un poco de su propia salsa picante: en Diario1 dice Chicas que Mijango y Lüers están detrás de la formación de una super-pandilla llamada 503. Luego lo retoma el ministro de Seguridad, Benito Lara – y al fin el círculo se cierra, cuando el fiscal general dice: Si el ministro de Seguridad Lara tiene pruebas contra estos señores, que los presente a la FGR.

¿Pueden ustedes imaginarse cómo se siente un ciudadano cuando el fiscal general de la República, el secretario general del FMLN y primer designado a la Presidencia, el ministro de Justicia y Seguridad y el vocero de la Presidencia públicamente lo señalan como vocero y asesor de las pandillas? Se siente uno marcado.
Y cuando esto pasa en una situación de mucho resentimiento, perfectamente entendible contra las pandillas, uno se siente marcado como blanco.
No puedo creer que ustedes se hayan olvidado cómo funcionaba este mecanismo perverso en los años 70 y 80. Voceros del gobierno, de los cuerpos de seguridad o de la Fuerza Armada señalaban a opositores como terroristas, comunistas, o insurgentes. Los medios publicaron los nombres. No les tengo que contar qué pasó después con ellos porque ustedes lo vivieron.
No puedo entender que ustedes, que han sido señalados, marcados como blancos en el reciente pasado, que han perdido familiares y amigos por estos mecanismos, hoy pueden tan irresponsable e impunemente recurrir a la misma táctica y marcar a sus opositores y críticos de la misma manera.
Parece que la llegada al poder les ha hecho olvidar como se siente un ciudadano ante el poder cuando actúa con impunidad.

El clima de intolerancia, al cual ustedes aportan de esta manera, provoca que uno, al sostener ideas disidentes de las suyas, recibe en los redes sociales insultos y amenazas todos los días. Bueno, les felicito: Luego de sus declaraciones sobre el fantasma de los “voceros de las pandillas”, estas amenazas se han duplicado y los insultos se han vuelto grotescos.
De paso sea dicho: Saludos a su amigo y compañero de viaje Guillermo Gallegos… De personajes como él y Luis Martínez, a pesar de sus altos cargos, nunca he esperado otra cosa. De ustedes, a pesar de todas las diferencias políticas que hemos tenido en la postguerra, sí esperaba algo diferente.
Voy a seguir criticando el doble juego que ustedes están haciendo con las pandillas, algo parecido al método mexicano de “plomo y plata”. Que esto me convierte en sus ojos en enemigo del Estado, no habla mal de mi, pero muy mal de su concepción del Estado.
                                                     Saludos de 
(mas!/El Diario de Hoy)