martes, 1 de septiembre de 2009

Carta a Salvador Sánchez Cerén, vicepresidente de la República


Estimado Salvador:

¿Y quién le ha dicho que usted, sólo porque lleva el título de vicepresidente, puede aprovechar la ausencia del presidente y tomar decisiones?

¿Acaso no le han dicho que le dieron Educación para que esté ocupado y no se meta en asuntos de gobierno?

Nada de darle instrucciones al ministro de Agricultura. Nada de negociar, por su cuenta, la repartición de semillas. Nada de arreglos debajo de la mesa con Orlando Arévalo.

Además, a la gente del Frente ya le dieron sus semillas, ¿y qué más quiere? ¿Qué le den también un lote a Orlando, para que pueda distribuir a su gente y jalarlos al lado del Frente?

Si usted sólo fuera ministro, podría renunciar, como debería hacerlo el ministro de agricultura. Pero como lo eligieron vicepresidente, tiene que tomar una de dos opciones: o le acuerda a Funes que usted es vicepresidente y que en el ramo de educación es ministro, no un alumno que puede regañar en público - o se traga el sapo y se calla por siempre.

Esperando su respuesta en los hechos, Paolo Lüers

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