domingo, 6 de septiembre de 2009

El gobernador Potemkin inaugurando pueblos

¿Es tan importante lo de los 100 días para el gobierno para que construyan ‘pueblos de Potemkin’? El gobernador ruso Potemkin se hizo tristemente famoso cuando, para quedar bien con la zarina Catalina II la Grande, hizo erigir pueblos fantasmas bien bonitos para disimular que no había hecho nada en su provincia.

A partir de ahí, se llaman Pueblos de Potemkin proyectos que a primera vista parecen bien acabados y nos dejan a todos impresionados, pero que son pura fachada. Pantalla con nada real detrás. Pura paja, diríamos en El Salvador.

El día jueves, el presidente de la República se armó de una pala para llenar de cemento la armazón para los cimientos del nuevo Hospital de Maternidad. La colocación de la proverbial ‘primera piedra’ de un proyecto sumamente importante que corresponde a una necesidad urgente de la población. Así presentado orgullosamente en televisión y prensa...

¡Wow, este gobierno realmente no está perdiendo tiempo! Apenas tres meses en el poder –y ya están comenzando una megaobra–. Normalmente, este proceso dura meses o años: negociaciones con organismos internacionales, financiamiento, licitaciones, elaboración de planos...

Bueno, en este caso también tardará meses, por lo menos un año, hasta que el gobierno Funes podrá iniciar la construcción real del Hospital de Maternidad. Por el momento, no hay financiamiento, no hay licitación, no hay diseño. Así lo confirma el que tiene que saberlo: el ministro de Hacienda. La columna que el presidente Funes ayudó a hacer el jueves es de marca Potemkin. La van a tener que quitar después, cuando realmente estén listos para construir porque ahora ni siquiera hay planos. Lo único que hay de diseño es el concepto general, graficado en dibujos de animación. No creo que los arquitectos que ganarán la futura licitación vayan a diseñar el hospital alrededor de la columna de Funes...

Es absolutamente normal que a esta altura el gobierno no esté en condiciones de colocar la verdadera primera piedra para Maternidad. Es más, a la ministra de Salud habría que felicitarla por el hecho de que en tan poco tiempo estén listos, no para construir, pero sí para iniciar el proceso de negociar los fondos. ¿Por qué, entonces, ahora arman un show de Potemkin poniendo al presidente a mover cemento a una columna ficticia? ¿Sólo por los 100 días? Es absurdo, porque como todos los presidentes, también éste sale bien evaluado a los 100 días. ¿A quién quieren engañar?, si de todos modos el 70% les da el beneficio de la duda?

Hay otro Pueblo Potemkin que nos presentaron con gran despliegue mediático: el Consejo Económico Social, presentado e inaugurado por el presidente Funes el día viernes, sólo un día después de colocar la primera piedra del hospital. El gobernador Potemkin tiene agenda apretada.
En España, donde el Consejo Económico Social tiene una enorme importancia para la gobernabilidad política y la estabilidad económica, se tardaron años en construir esta institución. Lo pusieron en su Constitución de 1978 y lo inauguraron en 1991. ¡Y en El Salvador lo logramos en 100 días!

Bueno, a cierto costo. Para poder mostrar a los 100 días que el gobierno del ‘cambio’ de verdad es de unidad y concertación tuvieron que recurrir a la improvisación y la imposición. Este Consejo, para poder cumplir una función real y no ficticia y mediática, tiene que estar construido sobre acuerdos sólidos sobre su composición, sobre la representatividad de sus integrantes, sobre su reglamento de trabajo, sobre sus metas y sobre el rol de gobierno en esta aventura. Nada de esto es factible debatir y consensuar en tres meses. La foto de grupo que salió en todos los medios retrata otro Pueblo de Potemkin.

El presidente inauguró su Consejo sin ni siquiera poder informar quiénes lo componen. No existe una lista de integrantes, sobre todo del sector que supuestamente representa el ‘movimiento social y popular’. Sólo para llegar a una definición clara, transparente y compartida de qué es y quiénes representan esta cosa que llaman de esta manera difusa (’movimientos sociales y populares’) se necesita un proceso más largo, más transparente - y más inclusivo.

Consecuencia de la manera mediática que construyeron el Consejo es que lo tuvieron que inaugurar sin que esté representado el sector que debería, para que el esfuerzo tenga sentido, ser la verdadera contraparte de ANEP y gobierno: el sector sindical. No estaba presente porque no existe un acuerdo sobre cómo lograr representatividad en este sector muy disperso y dividido. Ni sobre el peso que este sector tiene que tener dentro de la bancada del ‘movimiento social y popular.’

Entonces, ¿con qué contraparte va a concertar ANEP en este Consejo? ¿Con las organizaciones y ONG de feministas, gays y ecologistas, que sí están sentados en el Consejo?

Nuevamente: No se puede criticar al gobierno de no haber logrado, en 100 días, construir las bases y acuerdos indispensables para un Consejo Económico Social. Hay que criticar que, para quedar bien evaluados, posiblemente lanzaron al fracaso el proyecto del Consejo.

Porque ahora tenemos un Consejo Económico Social donde la contraparte de la empresa privada no tiene representatividad; donde no está claro el rol del gobierno (en España, por ejemplo, el gobierno no es parte del CES); donde el sector laboral no se siente representado. Bueno, todos sabemos que en El Salvador no se ha logrado crear una organización sindical representativa y autónoma. Pero, sabiendo esto habría que analizar cómo tendría que ser concebido el CES para poder servir de catalizador para la institucionalización de sindicatos fuertes, representativos e independientes. Cosa que es indispensable para llegar a una sólida estabilidad social...

Posiblemente, el gobernador Potemkin, para mostrar logros inmediatos, se llevó de encuentro este proyecto de largo plazo.

(El Diario de Hoy, Observador)