jueves, 22 de abril de 2010
Carta a Don Ramón
Estimado Don Ramón:
ahora que te destapaste, ya sabemos lo que hay detrás de tu cara que tiene semanas de aparecer por todos lados: un montón de ciudadanos hartos de la violencia.
Yo me uno. Ustedes hicieron una gran bulla con las mantas que pusieron para que todos las veamos – y lo mínimo que podemos hacer los escritores y los medios es hacerles eco. Aumentar la bulla.
Los que tenemos peso en la opinión de la gente (los alcaldes, los religiosos, los artistas, los deportistas, los periodistas..), lo mínimo que podemos hacer es decir: Yo también soy Don Ramón.
Ustedes publicaron un manifiesto que tiene una frase linda: “Estamos dispuestos a retomar lo que nos pertenece: los barrios, las comunidades, los cantones, las escuelas y también nuestra voz para ser escuchados.”
Yo pongo mi firma debajo de esta frase. Todos deberíamos firmarla. Quiero citar otra frase del Manifiesto de Don Ramón: “Nuestro miedo, nuestro silencio, nuestra pasividad son cómplices del régimen de los delincuentes...”
Duele leer esta frase. Porque es la verdad, y a veces la verdad duele escucharla.
Admiro el valor de los jóvenes que a medianoche se subieron a una edificio en pleno centro para poner una manta que dice: “Yo no me deje rentear.”
No dejemos solos a estos jóvenes que rompieron el silencio. Hablemos. Con la frente en alto. Todos somos Don Ramón.
Un abrazo, Paolo Lüers
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