Estimado diputado:
Usted se tomó la molestia de explicar a la prensa que cualquier motorista será multado cuando lo agarran manejando mientras hable por teléfono, beba agua, si enciende un cigarro, coma pan dulce... A menos que logre hacer cualquiera de esas cosas sin quitar las manos del volante. Lo que no es tan fácil...
Por el caso que alguien tenga dudas, Usted señaló que también queda prohibido rasurarse mientras maneje. Me pregunto: ¿Qué van a hacer los miles de hombres que cada mañana, en el camino al trabajo, se rasuran o se arreglan la corbata?
Me entra la terrible duda: Si toda esta ley es para no usar las manos para ninguna cosa que no sea manejar, ¿me puedo rascar la espalda sin que me multen? ¿O sacarme el moco de la nariz? Es que no siempre tengo un copiloto/a que esté dispuesto/a de satisfacerme estas necesidades urgentes.
Ni hablar de otras necesidades...
Dígame, diputado, ¿estas disposiciones son parte de la Ley de Tránsito o de una nueva Reforma Fiscal para financiar el gasto público?
En serio, está bien prohibir el uso de celulares a los motoristas, pero me aterra un Estado que quiere controlar si fumo, bebo agua o le agarro la mano a mi esposa mientras manejo. Es una pesadilla imaginarse las discusiones con los policías que tendrán que multarnos por estas ‘infracciones’.
No nos chinguen la vida, diputado. No hagan leyes que nadie va a obedecer porque van contra la razón común. Hagan leyes que tengan sentido.
El motorista infractor Paolo Lüers
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