No vean fantasma, dice el mago, aquí todo es real. “Esos fantasmas del prejuicio se han borrado”, dijo Funes en Sao Paulo sobre las relaciones entre su gobierno y la empresa privada. Si escuchan a algún miembro de mi gabinete o del partido que me llevó a la presidencia hablar del socialismo, del imperialismo, de los ricos que tienen al pueblo en pobreza, o de los empresarios que no quieren pagar impuestos, están viendo fantasmas. No se preocupen, dice el lobo, aquí no hay lobos.
El hecho que el presidente Funes y su esposa hayan llevado a un grupo de empresarios a una reunión con el presidente Lula y empresarios brasileños a Sao Paulo, no significa que de repente haya un “clima de confianza” entre el gobierno salvadoreño y la empresa privada del país. Un clima de confianza no se construye en Sao Paulo, sino en El Salvador; no con discursos y recepciones, sino con políticas públicas. El presidente Funes dice en Sao Paulo: “Nuestra gestión se caracteriza por la búsqueda de consensos nacionales y por la predictibilidad”, pero aquí en San Salvador reina una gran incertidumbre sobre el anuncio de la segunda fase de la reforma tributaria. ¿Será parte del pacto fiscal, o sea condicionado al consenso con la empresa privada, o impuesta como la primera fase en diciembre pasado?
Hablando de la comitiva que acompañó al presidente a Sao Paulo, ¿por qué tanto secreto sobre quiénes son los 50 empresarios que aceptaron la invitación del presidente? El sitio de WEB oficial de Casa Presidencial ya difundió el 9 de agosto la conclusión del evento, pero no publica la acostumbrada lista de asistentes.
Hasta la fecha sólo se difundieron pocos nombres: “el Presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Carlos Enrique Araujo; el Presidente de TACA, Roberto Kriete; el Presidente del Grupo Dutriz, José Roberto Dutriz; el vicepresidente de la Telecorporación Salvadoreña, Juan Carlos Eserski, y destacados empresarios de la industria textil, turismo, energía y alimentos.” (Comunicado de Casa Presidencial)
Me gustaría saber quiénes son los otros 45 “destacados empresarios”, porque Casa Presidencial informó que fueron 50 empresarios que asistieron. Me parece interesante que dos altos ejecutivos (y miembros de las familias dueñas) de importantes medios de comunicación aceptaron formar parte de la comitiva presidencial, evidentemente sin detectar posibles conflictos de interés o peligros para la independencia editorial. Yo me siento orgulloso que en esta lista no aparece nadie de la dirección de los diarios en los cuales escribo... Demasiada cercanía entre el poder y los medios nunca quema a los gobernantes, sino a los medios.
Para poder evaluar si este viaje “público-privado” a Brasil fue un éxito o no, necesitamos saber quiénes fueron en este viaje, qué representaban, qué papel pueden jugar en una estrategia de aumentar el comercio con Brasil y, sobre todo, la inversión brasileña en El Salvador. No hay razones de no publicar la lista completa. A menos que el presidente no tuvo suerte con su convocatoria y no logró una comitiva de 50 líderes empresariales. Tal vez fueron mucho menos, o tal vez llenaron la comitiva con empresarios que nada pueden aportar a las relaciones económicas Brasil-El Salvador. Y cuya presencia nada dice sobre el estado de las relaciones entre gobierno y empresa privada...
Cuando no hay transparencia, surgen estas dudas...
Si realmente se tratara de un encuentro representativo entre empresarios de Brasil y El Salvador, el presidente, en vez de emitir invitaciones personales para acompañarlo a él, hubiera podido hacer un convenio con ANEP, para que la gremial formara una delegación representativa. Tal vez así el encuentro hubiera rendido frutos para el país.
Regresemos a los fantasmas. Los fantasmas, todos lo sabemos, para vivir y sobrevivir necesitan de la penumbra creada por la falta de transparencia. El antídoto contra fantasmas es la absoluta transparencia, no el discurso en visitas de Estado, ni las palabras fraternas acompañadas por un exquisito y añejo scotch.
Y la transparencia se construye aquí. Con información completa. Dejando de boicotear la Ley de Transparencia. Tiene toda la razón el presidente Funes: Predictibilidad es la palabra clave. Certidumbre sobre el rumbo y las alianzas. Es muy simple: Si el presidente quiere confianza por parte de la empresa privada y de la ciudadanía, tenemos que saber cuál es su apuesta política a mediano y largo plazo. Puede ser bien escrito el Plan Quinquenal, pero lo que realmente queremos saber es: En las elecciones de 2012 y del 2014, ¿el presidente Funes va a contribuir a las victorias electorales que desea el FMLN? ¿O el presidente será un elemento de contención para que esto no pase?
El presidente tiene tiempo de decir en privado a los empresarios que él es el único que los está defendiendo de los planes del FMLN. Está bien, puede incluso ser cierto. Tan cierto como es que el niño, que nos cobra la renta, nos da seguridad que sus compinches mayores no nos matan. El presidente Funes se va a ganar la confianza del empresariado cuando dé garantías de mediano y largo plazo. Garantías basadas en hechos.
Mientras tanto, mejor cuidémonos de fantasmas y lobos.
(El Diario de Hoy)