Para no ser aguafiestas este día que para muchos es histórico y lleno de expectativas, voy a destacar los elementos positivos del gabinete que hoy asume el gobierno de nuestro país.
I.
Aunque no quiero pensar que no existe otra persona calificada para hacerse cargo del ministerio y de la reforma de Salud que una señora de 85 años, la presencia de la doctora María Isabel Rodríguez -para mi, cariñosamente, Chabelita- en este gabinete me llena de más confianza que todos los demás integrantes. Son indiscutibles su vocación de servicio, sus conocimientos profesionales, su capacidad administrativa y su honorabilidad. Sobre todo, es una persona de pensamiento de izquierda que ya ha mostrado su independencia del FMLN en incontables ocasiones. Con la Chabelita sentada en la mesa de gabinete, será difícil para la ortodoxia que controlará buena parte del gobierno a promover políticas que atentan contra la democracia o contra el buen uso de los fondos públicos.
Aparte del mérito de no haber permitido que el sistema de salud caiga en manos de activistas radicales del movimiento social antisistema, la decisión de Funes de nombrar a la Chabelita equivale a la instalación de una especie de fusible contra calenturas radicales que con toda seguridad surgirán en el partido del gobierno y en el seno del mismo gobierno. Y talvez del mismo presidente...
II.
No sé si Herman Rosa será el ministro de Medio Ambiente ideal. Ante la amenaza que esta cartera caiga en manos de personajes como Ricardo Navarro o Ángel Ibarra, el nombramiento de este académico prestigioso ya es ganancia. Con Rosa no existe el peligro que el Ministerio de Medio Ambiente se convierta en un instrumento de una estrategia revanchista y antisistema, como probablemente pasará a la Defensoría del Consumidor bajo la dirección del activista Armando Flores.
III.
Igualmente me parece positiva la presencia de Gerson Martínez en el MOP. No tiene experiencia profesional en el rubro, pero para esta cartera tan maltrecha lo más importante era que llegue alguien honrado con capacidad de limpiar la casa. Gerson tiene la experiencia política y el pragmatismo necesarios para este cargo. Si había que nombrar a alguien del FMLN para dirigir esta cartera, era Gerson.
IV.
Hugo Martínez como canciller me parece una solución bastante decente, pensando en el daño que el otro aspirante a este cargo, Sigfrido Reyes, hubiera hecho al prestigio del país. Quiero creer que Hugo Martínez, junto con la doctora Rodríguez y Gerson Martínez, será una voz de racionalidad contra cualquier locura antisistema de los ortodoxos o populista del mismo presidente.
V.
Los últimos dos ejemplos me llevan a una reflexión necesaria: Analizando la construcción de este gabinete de gobierno, es obvio que no se trata de un conflicto entre FMLN y Funes, o entre partido y presidente. Hay gente capaz e idónea dentro del FMLN para gobernar, como Gerson Martínez, Hugo Martínez y los viceministros Eduardo Espinoza (Salud) y Galixto Mejía (Trabajo), así como hay gente muy dudosa -por lo menos en cuanto a su capacidad e idoneidad- que provienen de los Amigos o del CD, como Juan Pablo Durán (Lotería), Fernando González (ISTA), Carlos Cáceres (Hacienda), Oscar Kattán (Seguro Social), Manuel Sevilla (Agricultura). Tampoco puedo ver qué méritos acreditan a Ernesto Zelayandía para ser viceministro de Gobernación, más allá que ha sido el ex-marido de la primera dama y que yo lo conozco como persona íntegra y simpática. Si necesitaban a alguien que compense la incapacidad del ministro de esta cartera, el diputado Humberto Centeno (sí, él de los de los rotulitos panfletarios), hubieran buscado a un experto en administración pública... Neto Zelayandía le hubiera podido servir mucho mejor en otra función, por ejemplo dentro de Relaciones Exteriores.
VI.
Haber convencido a Henry Campos a entrar al ejecutivo, ya que difícilmente lograría ser elegido fiscal general, parece una muy buena idea. Estoy convencido que para la dirección de la policía hubiera sido más positivo escoger a un profesional externo como Henry Campos, quien difícilmente podrá hacer un aporte importante bajo la dirección de Manuel Melgar en Seguridad y Justicia.
Escoger director entre los comisionados siempre lleva el riesgo de fomentar divisiones dentro de la policía; en cambio y un profesional independiente y reconocido desde afuera de la institución hubiera podido aportar a la superación de divisiones y rivalidades.
VII.
En cambio, en la Fuerza Armada es al revés. Hay una institucionalidad interna muy consolidada. Aunque por razones de principio me inclinaría a una conducción civil de la Fuerza Armada, por razones de estabilidad y confianza la mejor solución era nombrar ministro de Defensa a un miembro del Alto Mando militar. Cualquier otra decisión, imponiendo a la Fuerza Armada a un ministro que no sea de su confianza, hubiera sido un gravísimo error.
VIII.
Ya que Guillermo Suárez López se mostró dispuesto a integrar el gabinete de Funes, lo más lógico hubiera sido encargarle Hacienda y la reforma fiscal. Esto sí hubiera servido como una señal clara que no viene una política tributaria revanchista. No sé si López Suárez no quiso o si Funes no se atrevió a ofrecerle Hacienda, o si el FMLN lo vetó...
De todas formas, su mera presencia en el gabinete es positiva. Y como el gobierno del FMLN va a insistir que en la operación del nuevo puerto de La Unión haya una decisiva participación del Estado, CEPA necesita a un presidente muy capaz, muy concertador y lo menos posible ideologizado. En este sentido, Guillermo López Suárez puede jugar un papel muy positivo en CEPA.
IX.
Hay bastante cosas positivas que decir sobre el gabinete que asume hoy el gobierno. También muchas cosas negativas. Pero será otro día menos festivo que habrá que hablar sobre las decisiones que tomaron Funes y el FMLN y sobre los futuros ministros que más bien asustan.
(El Diario de Hoy, Observador)
I.
Aunque no quiero pensar que no existe otra persona calificada para hacerse cargo del ministerio y de la reforma de Salud que una señora de 85 años, la presencia de la doctora María Isabel Rodríguez -para mi, cariñosamente, Chabelita- en este gabinete me llena de más confianza que todos los demás integrantes. Son indiscutibles su vocación de servicio, sus conocimientos profesionales, su capacidad administrativa y su honorabilidad. Sobre todo, es una persona de pensamiento de izquierda que ya ha mostrado su independencia del FMLN en incontables ocasiones. Con la Chabelita sentada en la mesa de gabinete, será difícil para la ortodoxia que controlará buena parte del gobierno a promover políticas que atentan contra la democracia o contra el buen uso de los fondos públicos.
Aparte del mérito de no haber permitido que el sistema de salud caiga en manos de activistas radicales del movimiento social antisistema, la decisión de Funes de nombrar a la Chabelita equivale a la instalación de una especie de fusible contra calenturas radicales que con toda seguridad surgirán en el partido del gobierno y en el seno del mismo gobierno. Y talvez del mismo presidente...
II.
No sé si Herman Rosa será el ministro de Medio Ambiente ideal. Ante la amenaza que esta cartera caiga en manos de personajes como Ricardo Navarro o Ángel Ibarra, el nombramiento de este académico prestigioso ya es ganancia. Con Rosa no existe el peligro que el Ministerio de Medio Ambiente se convierta en un instrumento de una estrategia revanchista y antisistema, como probablemente pasará a la Defensoría del Consumidor bajo la dirección del activista Armando Flores.
III.
Igualmente me parece positiva la presencia de Gerson Martínez en el MOP. No tiene experiencia profesional en el rubro, pero para esta cartera tan maltrecha lo más importante era que llegue alguien honrado con capacidad de limpiar la casa. Gerson tiene la experiencia política y el pragmatismo necesarios para este cargo. Si había que nombrar a alguien del FMLN para dirigir esta cartera, era Gerson.
IV.
Hugo Martínez como canciller me parece una solución bastante decente, pensando en el daño que el otro aspirante a este cargo, Sigfrido Reyes, hubiera hecho al prestigio del país. Quiero creer que Hugo Martínez, junto con la doctora Rodríguez y Gerson Martínez, será una voz de racionalidad contra cualquier locura antisistema de los ortodoxos o populista del mismo presidente.
V.
Los últimos dos ejemplos me llevan a una reflexión necesaria: Analizando la construcción de este gabinete de gobierno, es obvio que no se trata de un conflicto entre FMLN y Funes, o entre partido y presidente. Hay gente capaz e idónea dentro del FMLN para gobernar, como Gerson Martínez, Hugo Martínez y los viceministros Eduardo Espinoza (Salud) y Galixto Mejía (Trabajo), así como hay gente muy dudosa -por lo menos en cuanto a su capacidad e idoneidad- que provienen de los Amigos o del CD, como Juan Pablo Durán (Lotería), Fernando González (ISTA), Carlos Cáceres (Hacienda), Oscar Kattán (Seguro Social), Manuel Sevilla (Agricultura). Tampoco puedo ver qué méritos acreditan a Ernesto Zelayandía para ser viceministro de Gobernación, más allá que ha sido el ex-marido de la primera dama y que yo lo conozco como persona íntegra y simpática. Si necesitaban a alguien que compense la incapacidad del ministro de esta cartera, el diputado Humberto Centeno (sí, él de los de los rotulitos panfletarios), hubieran buscado a un experto en administración pública... Neto Zelayandía le hubiera podido servir mucho mejor en otra función, por ejemplo dentro de Relaciones Exteriores.
VI.
Haber convencido a Henry Campos a entrar al ejecutivo, ya que difícilmente lograría ser elegido fiscal general, parece una muy buena idea. Estoy convencido que para la dirección de la policía hubiera sido más positivo escoger a un profesional externo como Henry Campos, quien difícilmente podrá hacer un aporte importante bajo la dirección de Manuel Melgar en Seguridad y Justicia.
Escoger director entre los comisionados siempre lleva el riesgo de fomentar divisiones dentro de la policía; en cambio y un profesional independiente y reconocido desde afuera de la institución hubiera podido aportar a la superación de divisiones y rivalidades.
VII.
En cambio, en la Fuerza Armada es al revés. Hay una institucionalidad interna muy consolidada. Aunque por razones de principio me inclinaría a una conducción civil de la Fuerza Armada, por razones de estabilidad y confianza la mejor solución era nombrar ministro de Defensa a un miembro del Alto Mando militar. Cualquier otra decisión, imponiendo a la Fuerza Armada a un ministro que no sea de su confianza, hubiera sido un gravísimo error.
VIII.
Ya que Guillermo Suárez López se mostró dispuesto a integrar el gabinete de Funes, lo más lógico hubiera sido encargarle Hacienda y la reforma fiscal. Esto sí hubiera servido como una señal clara que no viene una política tributaria revanchista. No sé si López Suárez no quiso o si Funes no se atrevió a ofrecerle Hacienda, o si el FMLN lo vetó...
De todas formas, su mera presencia en el gabinete es positiva. Y como el gobierno del FMLN va a insistir que en la operación del nuevo puerto de La Unión haya una decisiva participación del Estado, CEPA necesita a un presidente muy capaz, muy concertador y lo menos posible ideologizado. En este sentido, Guillermo López Suárez puede jugar un papel muy positivo en CEPA.
IX.
Hay bastante cosas positivas que decir sobre el gabinete que asume hoy el gobierno. También muchas cosas negativas. Pero será otro día menos festivo que habrá que hablar sobre las decisiones que tomaron Funes y el FMLN y sobre los futuros ministros que más bien asustan.
(El Diario de Hoy, Observador)