Estimado Josué Alvarado:
Voy a hacer
uso anticipado del voto cruzado. Nunca pensaba que iba a dar un voto a
la Democracia Cristiana, ni en Alemania ni mucho menos en El Salvador,
donde todavía huele a pescado podrido, corrupción y el populismo de
Duarte… Pero nunca hay que decir nunca. Esta vez voy a votar por un tipo
que se postuló en la lista de la Democracia Cristiana: por vos, Josué
Alvarado.
El voto cruzado me permite realmente votar por
personas. Como estoy inscrito en San Salvador, me da 24 opciones, ya que
a nuestro departamento le tocan 24 diputados. Puedo hacerme mi propia
lista, escogiendo los mejores de todos los partidos. Puedo votar por
alguien, aunque me caiga mal su partido. Haciendo uso de este nuevo
derecho del voto cruzado, voy a dar uno de mis 24 votos a vos, Josué.
¿Por
qué votaré por vos? Casi estoy seguro, que votaría por vos incluso si
no te conociera. Sólo porque de repente, entre los spots aburridos de
televisión de docenas de personajes que quieren ser diputados, salís vos
con una onda totalmente diferente y refrescante, diciéndome: "¡Es
tiempo que los que podemos, actuemos!" Y esto es, sin duda, la mejor
consigna electoral de esta campaña…
Creo que sólo por esta
consigna hubiera votado por vos, sin conocerte. Pero resulta que te
conozco, y esto me da otras buenas razones de incluirte en mi bancada
personal que quiero ver en la próxima Asamblea.
Sos un tipo
totalmente transparente. Como dicen en Estados Unidos, donde llegaste de
inmigrante muerto-de-hambre y terminaste empresario exitoso: "You get
what you see, you see what you get." No hay engaño, no hay empaque que
te promete lo que no está adentro. Es verdad lo que ves. Esto es muy
raro en política, y quiero un tipo así en mi bancada legislativa.
Sos
optimista. Cuando todo el mundo quiere irse del país, incluyendo el
capital, vos venís del Norte y comenzás a invertir en El Salvador:
levantás una fábrica de alimentos en medio de lo que todos aquí piensan
que es tierra perdida o zona de guerra: en San Martín. Y te funciona de
maravilla. Luego comprás tierras en el departamento La Paz, ahí donde
otros dejan abandonadas sus fincas, y ponés uno de los mejores hatos
para producir leche para el queso que vas a exportar a Estados Unidos. Y
luego comprás otras tierras, también en una zona caliente de sol y
violencia, para sembrar maíz para tu fábrica de tortillas, pupusas y
tamales. Y de esta forma demostraste que dando a un montón de familias
un trabajo y un trato decente, se puede construir empresas exitosas y al
mismo tiempo convivencia entre vecinos. Así que de repente hay un
empresario, que se llama Josué Alvarado, que en vez de andar llorando
dice: Haciendo las cosas bien, se puede producir en El Salvador. El país
tiene futuro. Y entre todos los pajeros que hay, a vos te creo, porque
lo has probado: has invertido en el país, has levantado producción,
donde todos dicen que no se puede. ¿Cómo no voy a querer tener en la
Asamblea a un tipo como vos, que me dice que se puede levantar el país y
su economía? Y quien además ha probado con hechos que sabe de qué
diablos está hablando…
Todo esto entiendo yo cuando enciendo la
tele y me salís vos, hablando fuerte pero al grano: "Es tiempo que los
que podemos, actuemos." Tienes razón: la política es demasiado
importante para dejársela solo a los políticos. Tienen que entrar a la
política los que saben, los que pueden hacer las cosas.
No sé cómo terminaste en la Democracia Cristiana, ¿pero sabés qué?: Me importa un bledo. El voto es por persona.
Suerte te desea Paolo Lüers