sábado, 31 de enero de 2015

Carta a los vendedores informales

Estimados amigos:
El otro día 5 de ustedes me cayeron a mi negocio, La Ventana, entre estos algunos que conozco de cara de la tele, cuando armaron desmadres a varios alcaldes. Siempre pensé que ustedes son uno de los principales problemas del país: los responsables del desorden. Y a veces, me uní al coro de los que andan puteando, ya que hacen estorbo, molestan, ensucian las ciudades. Claro, es deporte nacional hablar mal de ustedes, sobre todo en sectores que no necesitan de sus ofertas baratas…

Pero a veces me puse a pensar que ustedes más bien son producto del principal problema del país: el desempleo, la falta de oportunidades. Y también, en momentos de honestidad, me pregunté: ¿Y si no existiera esta economía informal, adónde lograrían llenar su canasta básica los que viven de salario mínimo? Así que teóricamente sabía que ustedes corresponden a necesidades básicas que la economía no está satisfaciendo de otra manera. Necesidad de trabajo de unos, necesidad de comprar barato de otros. Pero emocionalmente siempre pesaba más la molestia que uno siente, el rechazo al desorden…

Entonces, ustedes llegaron y exigieron hablar conmigo: Si sos generador de opinión, cabrón, escúchanos. Me entregaron su "Plataforma Programática". Y me explicaron que quieren que los candidatos a alcalde lo lean sin prejuicios y los discutan con ustedes, en público. El argumento que inmediatamente me convenció: Hay que buscar una solución al sector informal, una solución digna para los que esto viven, y que al mismo tiempo permite crear una ciudad ordenada y limpia. Y esta solución no se puede alcanzar sin o contra ustedes.

Es lógico. Y cuando leí su plataforma, me di cuenta que también tiene mucha razón. Dice, por ejemplo: "El sector informal representa un apoyo para el sistema económico nacional, ya que es el principal receptor de la fuerza laboral que éste expulsa, y además es una opción de mercado para las personas de bajos ingresos, que de otra manera no les alcanzaría sus recursos para subsistir".

Es verdad. Es innegable. Y si es así, de ahí se derivan derechos de ustedes y obligaciones del Estado, sobre todo de las alcaldías. Y esto hay que discutir abiertamente, para buscar soluciones y la inclusión de ustedes en el sistema legal y económico.

Ustedes tienen toda la razón del mundo cuando exigen que los señores que quieren gobernar la ciudad capital los escuchen y los tomen en cuenta en sus planes de gobierno. Exhorto por esta vía a los candidatos a aceptar el reto de ustedes.

Ustedes cierran su plataforma con una frase que el futuro alcalde debe abrazar como si fuera suya: "Crear las condiciones para que el trabajador del sector informal salga de la economía de subsistencia para incorporarse a la economía productiva".

La verdad es: Candidato que no tiene la voluntad, la capacidad y el valor político para atacar de fondo este problema, junto con ustedes, no debería ser alcalde. No podemos seguir viendo a los vendedores sólo como problema ni tratarlos como indeseables. En lo que ustedes plantean hay una gran oportunidad. El alcalde que detecta y sepa explotar el potencial humano y productivo en el sector informal va a transformar la ciudad.

Ya que me buscaron, un consejo: En vez de rogar al gobierno que les den permiso de vender en los buses del Sitramss, exijan al gobierno que este proyecto, así como está diseñado, se suspenda. La cuestión no es si pueden o no vender en los buses, sino cómo construir un sistema de transporte verdaderamente integral, que tome en cuenta que el comercio se va a concentrar, de forma planificada o de forma caótica, donde circula la masa de gente subiéndose a buses. O sea, el sistema de transporte nunca será integral si no toma en cuenta y resuelve las necesidades de ustedes y de sus millones de clientes.

Suerte, les felicito por la plataforma seria y el reto que lanzaron a los candidatos y partidos. Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)

jueves, 29 de enero de 2015

Carta de respuesta de Edwin Zamora a Paolo

El 20 de enero, publiqué una carta a los candidatos Bukele y Zamora, haciéndoles las siguientes perguntas:
Cuál es su educación académica?
Ambos se presentan como empresarios. ¿Qué empresas dirigieron, y con qué resultados?
¿Están dispuestos a revelar, antes de las elecciones, su patrimonio personal?
¿Tienen acciones o intereses en empresas que son contratistas del Estado?
¿Cuál es su posición frente al SITRAMSS?
Ambos se presentan como “renovadores” de sus respectivos partidos. ¿Cuáles han sido sus acciones concretas para democratizar a su partido?
Aquí las respuestas de Edwin Zamora:



Estimado Paolo:
He leído a detalle tu carta y quiero aclararte que esta “carrera”, como tú la denominas, es por San Salvador. Acepté la candidatura que me ofreció mi partido con la intención de continuar transformando el corazón de nuestro país y de poner mi experiencia al servicio de los capitalinos. No es momento de  construir castillos en el aire. Aterricemos y hablemos de lo que nos compete: San Salvador.
Ciertamente la participación de los columnitas, articulistas, periodistas y personas que  - indiferentemente de su profesión- ocupan un Medio para exponer sus ideas es valiosa al momento de un autoanálisis de cualquier funcionario público o candidato; son importantes para sentar las bases del debate que está por venir, de un debate serio, franco y verdadero.
Dicho esto,  paso a responder tus interrogantes, aunque sinceramente hay algunas que no veo razones para ahondar en ellas y otras que considero deben ser respondidas en un espacio más amplio y adecuado para explicar detalles.
- Sobre mi educación puedo decirte que gracias a mis padres tuve el privilegio de estudiar en un colegio bilingüe (Escuela Americana) y pude comprobar que el inglés abre puertas. Estudié ingeniería textil en la North Carolina State University, misma en la cual saqué la maestría en Ingeniería industrial.
- Mi primera experiencia laboral -a mis 22 años, tras graduarme de la maestría- fue en Pasamanería, Ecuador, donde por cinco años tuve la oportunidad de tener un cargo gerencial. Vine a El Salvador y me incorporé a la empresa familiar como gerente de producción, empresa que en ese momento tenía 120 empleados. En el transcurso del tiempo he fundado 8 empresas… pero creo que la gente lo que quiere, más que la lista de mis trabajos anteriores, es tener la certeza que su alcalde tiene las características necesarias para gerenciar la ciudad. yo las tengo. Lo he dicho en varias ocasiones, Dios me dio la bendición de ver cumplida una de mis metas,  esa empresa de 120 empleados llegó a los  10,000 empleos y ahora  es una de las mayores generadoras de trabajo en el país.
- Mi patrimonio personal no tiene ningún secreto. Para optar a la candidatura como diputado presenté a la CSJ mi patrimonio personal y familiar, mismo que tendré que presentar al cerrar el período para el cual fui electo como diputado.
- No soy concesionario del Estado, lo demostré cuando con intenciones políticas el FMLN me señaló como tal. No tengo contratos con el Estado ni los he tenido.
- En el caso del SITRAMSS, el que considero uno de las malas ideas del FMLN, puedo asegurar que desde las competencias municipales presionaremos por el orden y transitabilidad en San Salvador,  de la búsqueda de una solución real al problema generado por este sistema. Los alcaldes de los municipios involucrados están en todo el derecho -y tienen el deber- de exigir el buen uso de las calles que han sido invadidas por este fallido proyecto. 
- En relación a la renovación partidaria puedo decir, con todo orgullo, que mi partido está caminando en la democratización interna y en la apertura de espacios a nuevos liderazgos. Soy fiel testigo de esos cambios que se apresuraron con los resultados del V Congreso Nacionalista del cual me confiaron su coordinación. Somos el único partido que ha implementado el voto secreto y ahora tenemos una oferta electoral más amplia, con  profesionales y otros interesados en servir al país que no tenían mayor militancia partidaria. Falta por hacer, pero vamos por el camino correcto.
Aún queda mucho por decir, pero te invito a ti y a tus lectores a buscar respuestas de sus dudas en los proyectos y programas que tengo para San Salvador, en la experiencia de ARENA para gobernar y en la capacidad de este su servidor para pasar de los sueños a los hechos.
Saludos, Edwin Zamora
Aun estamos esperando las respuestas del candidato Bukele. Está bien que no me las dé a mi. Las debe a los ciudadanos. Tampoco aprovechó el debate del 27 de enero para aclarar las dudas. Por lo contrario: sembró más dudas, por ejemplo sobre su administración en Nuevo Cuscatlán, sus empresas, su manejo de la verdad…
 
En espera de palabras claras, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy

sábado, 24 de enero de 2015

Carta a un empresario sorpresa

Estimado Josué Alvarado:
Voy a hacer uso anticipado del voto cruzado. Nunca pensaba que iba a dar un voto a la Democracia Cristiana, ni en Alemania ni mucho menos en El Salvador, donde todavía huele a pescado podrido, corrupción y el populismo de Duarte… Pero nunca hay que decir nunca. Esta vez voy a votar por un tipo que se postuló en la lista de la Democracia Cristiana: por vos, Josué Alvarado.

El voto cruzado me permite realmente votar por personas. Como estoy inscrito en San Salvador, me da 24 opciones, ya que a nuestro departamento le tocan 24 diputados. Puedo hacerme mi propia lista, escogiendo los mejores de todos los partidos. Puedo votar por alguien, aunque me caiga mal su partido. Haciendo uso de este nuevo derecho del voto cruzado, voy a dar uno de mis 24 votos a vos, Josué.

¿Por qué votaré por vos? Casi estoy seguro, que votaría por vos incluso si no te conociera. Sólo porque de repente, entre los spots aburridos de televisión de docenas de personajes que quieren ser diputados, salís vos con una onda totalmente diferente y refrescante, diciéndome: "¡Es tiempo que los que podemos, actuemos!" Y esto es, sin duda, la mejor consigna electoral de esta campaña…

Creo que sólo por esta consigna hubiera votado por vos, sin conocerte. Pero resulta que te conozco, y esto me da otras buenas razones de incluirte en mi bancada personal que quiero ver en la próxima Asamblea.

Sos un tipo totalmente transparente. Como dicen en Estados Unidos, donde llegaste de inmigrante muerto-de-hambre y terminaste empresario exitoso: "You get what you see, you see what you get." No hay engaño, no hay empaque que te promete lo que no está adentro. Es verdad lo que ves. Esto es muy raro en política, y quiero un tipo así en mi bancada legislativa.

Sos optimista. Cuando todo el mundo quiere irse del país, incluyendo el capital, vos venís del Norte y comenzás a invertir en El Salvador: levantás una fábrica de alimentos en medio de lo que todos aquí piensan que es tierra perdida o zona de guerra: en San Martín. Y te funciona de maravilla. Luego comprás tierras en el departamento La Paz, ahí donde otros dejan abandonadas sus fincas, y ponés uno de los mejores hatos para producir leche para el queso que vas a exportar a Estados Unidos. Y luego comprás otras tierras, también en una zona caliente de sol y violencia, para sembrar maíz para tu fábrica de tortillas, pupusas y tamales. Y de esta forma demostraste que dando a un montón de familias un trabajo y un trato decente, se puede construir empresas exitosas y al mismo tiempo convivencia entre vecinos. Así que de repente hay un empresario, que se llama Josué Alvarado, que en vez de andar llorando dice: Haciendo las cosas bien, se puede producir en El Salvador. El país tiene futuro. Y entre todos los pajeros que hay, a vos te creo, porque lo has probado: has invertido en el país, has levantado producción, donde todos dicen que no se puede. ¿Cómo no voy a querer tener en la Asamblea a un tipo como vos, que me dice que se puede levantar el país y su economía? Y quien además ha probado con hechos que sabe de qué diablos está hablando…

Todo esto entiendo yo cuando enciendo la tele y me salís vos, hablando fuerte pero al grano: "Es tiempo que los que podemos, actuemos." Tienes razón: la política es demasiado importante para dejársela solo a los políticos. Tienen que entrar a la política los que saben, los que pueden hacer las cosas.

No sé cómo terminaste en la Democracia Cristiana, ¿pero sabés qué?: Me importa un bledo. El voto es por persona.

Suerte te desea Paolo Lüers





(Mas!/El Diario de Hoy)

jueves, 22 de enero de 2015

Columna transversal: Diálogo versus pactos

Todos los gobiernos han negociado con los pandilleros, desde que a finales de los años 90 su presencia comenzó a convertirse en una amenaza a la seguridad ciudadana. Todos, sin excepción, y esto incluye al ejecutivo actual. El gobierno de Salvador Sánchez Cerén, independientemente de su discurso público y en el Consejo de Seguridad Ciudadana, sigue negociando con los pandilleros. Y así lo hicieron los gobiernos de Paco Flores y Tony Saca, muy a pesar de sus discursos y prácticas de "mano dura". Y el gobierno de Funes, aun cuando el FMLN controlaba el aparato de seguridad, antes de llegar al ministerio de Justicia el general David Munguía Payes y a la dirección de la PNC el general Francisco Salinas, hicieron varios intentos de pactar con pandillas. Y así lo hizo el gobierno de Funes luego de que en junio 2013 Ricardo Perdomo llegara a sustituir a Munguía Payés como ministro de Seguridad y anunciara el fin de la tregua.


Lo raro es que todos aquellos que activamente buscaron pactos con las pandillas, trabajando para distintos gobiernos de diferente tinte ideológico, en unísono descalifican y condenan la tregua y el proceso de diálogo con las pandillas. Además de raro, es hipócrita. Nadie condena los diálogos y las negociaciones con pandillas, que todos los gobiernos, empezando con el de Flores, hicieron con fines estrictamente electoreros - pero todos condenan, en tono de indignación moral, el único intento de diálogo con los pandilleros que no tuvo como fin beneficios electorales o control social de uno u otro partido, sino que trató de generar un proceso sostenible de reducción de la violencia. En el proceso que llamamos "la tregua" por lo menos se establecieron métodos de intervención social que lograron coartar cadenas de venganza e intentaron, con parcial éxito, sustituir los métodos violentos de solución de conflictos entre pandillas y entre pandillas y comunidades por métodos pacíficos, basados en el diálogo y la mediación.

Nadie denuncia los esfuerzos de los gobiernos y partidos de hacer pactos oportunistas con los pandilleros, y que al mismo tiempo todos deslegitiman el único esfuerzo de involucrar a las pandillas y su entorno social en la construcción de soluciones que ataquen la marginación, la situación de los guetos y otros factores estructurales que generan violencia. El esfuerzo de la tregua puede haber cometido errores (la mayor parte debido a la actitud pusilánime del presidente Funes, quien quiso sacar rédito político de la drástica reducción de los homicidios, pero que no estaba dispuesto de cambiar las prioridades de inversión social de su gobierno para hacer este proceso sostenible), pero fue un intento sincero de abrir espacio para soluciones integrales y sostenibles. Los mediadores nunca aceptaron convertir este proceso en un pacto con los pandilleros, mucho menos con tintes partidarios, para ganar elecciones o para usar a las pandillas como instrumento de control social partidario. Es precisamente por esto que monseñor Fabio Colindres y Raúl Mijango fueron sistemáticamente apartados por el gobierno de Funes, cuando se acercaban las elecciones presidenciales de 2014. El gobierno de Sánchez Cerén lamentablemente ha continuado esta política de poner miles de obstáculos a la mediación independiente, pero al mismo tiempo busca retomar el diálogo con las pandillas con interlocutores propios y con fines partidarios.

El presidente recientemente aseguró que facilitar la tregua fue un error del gobierno de Funes, y que este error, al fin, fortaleció a las pandillas. Pero al mismo tiempo, emisarios del partido FMLN y de las instituciones de seguridad del gobierno están activamente tratando de retomar el diálogo con las pandillas. Pero, de nuevo, con fines electoreros, no en función de una estrategia de construir la paz. Con una política irresponsable de promesas, por una parte, y amenazas y chantajes, por otra parte, el gobierno del FMLN trata de construir nuevos arreglos electorales. Una de las amenazas que usan para extorsionar a los extorsionistas es el traslado de sus cabecillas a Zacatraz. El mensaje es claro: Si las pandillas no ayudan al gobierno, bajando en la época reelectoral sus actividades delincuenciales, y si no ayudan al FMLN electoralmente en las comunidades, ejerciendo su control social, habrá traslados masivos a Zacatraz.

Esta es una extorsión. Y la extorsión es una forma específica de la negociación. Sin embargo, tiene un problema serio: puede tener éxito a corto plazo, pero nunca a largo plazo. Conseguir ciertos comportamientos de las pandillas mediante una negociación/extorsión, es verdaderamente amoral y sumamente peligroso, sobre todo cuando se hace con fines partidarios y electoreros. En este contexto es positivo que las pandillas, en una carta que el 17 de enero entregaron al Secretario General de Naciones Unidas, durante su visita a la colonia IVU, rechacen este oportunismo y declaren: "Como gesto de nuestra buena voluntad nos comprometemos que las pandillas se van a abstener de interferir con el libre voto de los ciudadanos, incluyendo en las comunidades donde tenemos presencia, en las elecciones de alcaldes y diputados en marzo de 2015. Nuestros miembros, nuestras familias y nuestras bases sociales van a hacer uso de su derecho de votar, pero no van a usar su influencia en las comunidades para beneficiar ni para afectar negativamente a ningún candidato o partido."

Conclusión: Buscar pactos y arreglos con las pandillas es una aberración. Buscar el diálogo con ellas, es inevitable.

(El Diario de Hoy

Carta al director de la PNC: ¿Licencia para matar?

Estimado comisionado Mauricio Ramírez Landaverde:
Ayer leí una noticia terrible, titulada: "Director de la PNC aconseja a policías 'disparar sin miedo a delincuentes'". No podía creer lo que estaba viendo. Pensaba que tal vez a algún editor se le fue la mano con el titular. Pero no: En la nota, en la versión digital de El Diario de Hoy (elsalvador.com), estaba la cita textual suya, o sea del jefe de la policía de nuestro país: "Hay una institución que los respalda, hay un gobierno que los respalda. Háganlo (disparen) con toda confianza y con convicción." En un país realmente democrático con instituciones fuertes, un jefe de policía que dice esta frase sería inmediatamente suspendido mientras se investigan sus actuaciones y declaraciones. Muchos van a decir que con esto estoy defendiendo a delincuentes que asesinan a policías, o van a decir que estoy negando a los policías el derecho de defenderse. Los policías tienen el derecho de defenderse. Y quien mata policías, que vaya a la cárcel.

El mismo día que la carta al director de la PNC, en La Prensa Gráfica sale el mismo tema: Licence to Kill
Entiendo que usted como jefe tiene que proteger a su gente. Pero también, y sobre todo, tiene que defender la ley y el debido proceso. Usted tiene que medir sus palabras, para que nadie las puede interpretar como "licencia de matar". Yo sé que en la calle muchos, entre estos no pocos policías, exigen precisamente esto: "licencia de matar", que regrese la Guardia Nacional (que gozaba de este derecho), que se activen escuadrones de "limpieza social", que se tomen este derecho de matar a delincuentes.

En esta situación, usted como director de la PNC no puede mandar señales que pueden ser mal interpretadas. "Disparar sin miedo" es un mal mensaje. "Disparen con confianza, nosotros los vamos a respaldar" es un pésimo mensaje, porque se interpreta como invitación a entrar en cualquier situación conflictiva pistola o fusil en mano, o incluso disparando "por las dudas"…

Una amiga, por cierto una estudiosa de criminología, comentó la misma noticia en Twitter: "Creo que la población avala este mensaje…" Es cierto: La mayoría de la población no solo avala que policías usen sus armas para defenderse - avalan que policías ejecuten a los delincuentes que tanto nos joden. Avalan el concepto de la "licencia de matar". Pero esto no es ninguna razón para que un director policial asuma y reproduzca las posiciones apasionadas de la calle y mande mensajes que sus agentes pueden entender como "licencia de matar".

Desde que el gobierno y las autoridades policiales discuten de esta manera pública, difusa y a veces populista la defensa legítima de los policías, se observa una escalada de violencia entre policías y pandilleros. Ambos bajaron las barreras para usar sus armas. El resultado: docenas de policías muertos y cientos de pandilleros muertos. La mayoría en enfrentamientos que antes sucedieron con menos violencia menos uso de armas de fuego, de ambos lados. Y algunos, nadie sabe cuántos, en ejecuciones fríamente planificadas: pandilleros haciendo atentados contra policías; policías ejecutando a grupos de pandilleros.

Esta loca y mortal escalada de violencia entre delincuentes y policías se debe parar. La policía debe cumplir escrupulosamente las reglas establecidas del debido procedimiento y del uso de fuerza letal. Las autoridades políticas y policiales tienen que actuar con inteligencia y hablar con suma prudencia. Tienen que supervisar que la policía solo use la fuerza indispensable y solo en situaciones de legítima defensa. Y los pandilleros deben de suspender, de una vez por todas y sin exigir nada en cambio, los atentados contra policías.

No podemos asumir que la violencia sea inevitable. Ojalá que usted aclare sus palabras mal escogidas y tome una posición institucional.

Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)

martes, 20 de enero de 2015

Carta a Edwin Zamora y Nayib Bukele: Mis preguntas

Estimados candidatos a la alcaldía capitalina:
No nos demos paja en dos cosas: Esta carrera es entre ustedes dos, los demás están ahí de adorno, o más bien de distracción. Y la otra verdad que nadie dice pero todos pensamos: Está en juego mucho más que la alcaldía. Quien de ustedes dos gana, es precandidato a la presidencia. Necesitamos saber mucho más sobre ustedes.


Qué bueno que ya hay convocatorias para debates directos entre ustedes dos, en diferentes canales de televisión. Qué bueno que al fin el debate público comenzó. Más y más gente están opinando sobre el futuro de la capital y sobre los candidatos. Falta que se pronuncien muchos más…

Qué bueno que Nayib Bukele me contestó una columna en la cual expuse 8 razones de no votar por él. Aunque no contestó ninguno de los 8 puntos, es bueno que haya respondido. Personajes como Federico Hernández Aguilar y Marvin Galeas, ambos escritores, intervinieron. Teresa Guevara de López y su controversial hija Cristina López, representando dos generaciones de líderes de opinión, intervinieron en sus columnas en El Diario de Hoy. Otros opinarán a favor y en contra de los diferentes candidatos y sus propuestas. Enhorabuena. Ojala que todos los líderes y generadores de opinión (columnistas, académicos, dirigentes empresariales) acepten el reto al debate crítico y franco. Y que hablen claro, sin miedos, sin rodeos.

Los que tomamos posiciones, los que criticamos o apoyamos candidatos y sus propuestas, estamos haciendo un servicio a la cultura política. Ojala que los canales de televisión sepan aprovechar estos impulsos y abonos y organizar verdaderos debates entre candidatos.

Ya que estamos debatiendo, aprovecho para abonar la discusión con algunas interrogantes incómodas para los candidatos a la alcaldía de San Salvador:

  • ¿Cuál es su educación académica? ¿Con qué títulos se graduaron, en qué carreras y en qué universidades?
  • ¿Cuál es su record laboral o empresarial? Ambos se presentan como empresarios. ¿Qué empresas dirigieron, y con qué resultados? ¿Cuál es el origen del capital que invirtieron?
  • ¿Están dispuestos a revelar, antes de las elecciones, su patrimonio personal?
  • ¿Tienen acciones o intereses en empresas que son contratistas del Estado?
  • ¿Cuál es su posición frente al SITRAMSS? ¿En qué condiciones estarían de acuerdo que se implemente el proyecto y que se realice la segunda fase, que conectaría San Salvador con Santa Tecla, Merliot y Antiguo Cuscatlán?
  • En caso que no están de acuerdo con el SITRAMSS, ¿cuáles son las alternativas que proponen?
  • Los dos se presentan como “renovadores” de sus respectivos partidos. Discurso electoral aparte, ¿cuáles han sido sus acciones concretas para democratizar a su partido y para promover el relevo generacional y programático dentro de sus estructuras?
En espera de sus respuestas, por el medio que ustedes escojan, me despido.
Paolo Lüers

Posdata: Aprovecho la publicación de esta carta para pedir a los ciudadanos que cada uno, dependiendo de sus intereses y prioridades, formule de manera pública sus preguntas a los candidatos. Twitter y facebook son excelentes medios para publicar estas preguntas y para dialogar directamente con los candidatos. Así fomentamos un verdadero debate y obligamos a los candidatos.
(MAS / El Diario de Hoy) 

lunes, 19 de enero de 2015

Carta a Salvador Sánchez Cerén

Estimado presidente:
Un discurso valiente, al momento adecuado, puede cambiar radicalmente le percepción que se tiene de un dirigente, puede convertirlo en líder y darle autoridad de hablar a nombre de todos y la solvencia moral para exigir unidad.


Unidad necesitamos para enfrentar la seria crisis de seguridad y para desbloquear el crecimiento económico. Pero la unidad hay que construirla, y se construye con confianza, con gestos que ponen de manifiesto la voluntad de un gobernante de superar resentimientos y dogmas. Esto requiere valentía.
Ayer, en la Feria, en el 23 aniversario de los Acuerdos de Paz, usted tuvo la oportunidad (yo diría incluso: el deber) de dar este discurso valiente. No la aprovechó. Desde la manera come estaba organizado el magno evento hasta en su discurso, usted permitió que el aniversario de la paz y la visita del secretario general de Naciones Unidas se convirtiera en un acto partidario y electoral. Viéndolo en televisión, me dio pena ajena. Entiendo perfectamente porque varios de los firmantes de los Acuerdos de Paz, aunque estaban en el país, prefirieron no participar. Uno me dijo: No me prestaré de florero decorativo. Y cabal, a los pocos firmantes presentes, usted ni siquiera los saludó, mucho menos les dio el crédito que merecen como arquitectos de la paz que fueron, incluso mucho más que usted mismo…
Sólo dos frases valientes dijo usted: una cuando reconoció al expresidente Freddy Cristiani la decisión de buscar la paz; y la otra cuando reconoció el sacrificio de los miembros de la Fuerza Armada que dieron su vida.
Sin embargo, cuando usted habló de las víctimas, fue de la misma manera como su partido lo hace desde antes de la paz: sólo refiriéndose a las víctimas de la represión militar, paramilitar y estatal, nunca a las víctimas de los secuestros, ejecuciones y abusos de poder a manos de la guerrilla. Y cuando usted rezó lista de mujeres y hombres que con su vida aportaron al logro de la paz y la democracia -Oscar Arnulfo Romero, Schafik, los jesuitas, Mélida Anaya Montes- usted no fue capaz de incluir en esta lista de honor al doctor José Antonio Rodríguez Porth, a quien mató un comando guerrillero, por exactamente la misma razón que un comando militar mató a Ignacio Ellacuría: ambos conspiraron con Cristiani para superar las resistencias a una solución negociada.
Si un dirigente guerrillero al final de la vida llega a la presidencia y no logra superar en su propia mente -y en su discurso a la nación- el esquema blanco y negro, según el cual su bando fue el bueno y el otro el malo, no va a cumplir su misión de unir la nación.
Usted tuvo la oportunidad de oro de ofrecer este 16 de enero, ante el pueblo y la comunidad internacional representada por el secretaria general de la ONU, un discurso sincero y valiente: reconocer los errores y crímenes de guerra tanto del Estado que hoy representa, como de las fuerzas insurgentes que durante la guerra comandó; echar la mano de reconciliación a las víctimas que murieron a mano de militares y de guerrilleros.
Obviamente, usted no tuvo ni la visión ni el coraje necesarios. En vez de esto, permitió que su gobierno y su partido organizaran un meeting electoral, con barras acarreadas, y no en evento de peso moral que puede aportar a la unidad nacional. Un acto y un discurso  que no están a la altura de su cargo. Lo mismo les señalé a sus antecesores Paco Flores, Tony Saca o Mauricio Funes. Ninguno de ellos tuvo la voluntad ni la capacidad de convertir el aniversario de la paz en día de la unidad nacional.
Lástima. Paolo Lüers
(Mas! / El Diario de Hoy

jueves, 15 de enero de 2015

Carta a los secretarios generales de la ONU y de la OEA

Estimado José Miguel Insulza:
Lástima que no nos pudimos ver en su reciente visita a El Salvador. Me hubiera encantado dar seguimiento a las conversaciones que tuvimos, primero en el 2012 en el penal de Quezaltepeque, cuando usted asumió frente a unos 40 cabecillas de las pandillas el rol de garante del incipiente proceso de reducción de violencia iniciado por la tregua entre pandillas; y luego cuando en el 2013 nos recibió en la OEA para discutir cómo hacer sostenible este proceso.

Si usted todavía ejerce el papel de garante de este proceso, así como se comprometió en Quezaltepeque, me hubiera gustado escuchar algunas preguntas suyas, tal vez incómodas, al gobierno salvadoreño, para saber porqué ahora se desmarca de la tregua sin revelar con qué otra propuesta concreta piensa reducir la violencia y lograr la reinserción a la sociedad de los docenas de miles de pandilleros y sus familias.

Usted, en vez de dar seguimiento a un compromiso muy concreto adquirido a nombre de la OEA en el 2012, ahora firmó como testigo un acuerdo que no dice más que la intención de iniciar un diálogo para buscar acuerdos. Tal vez esto sea más cómodo para usted, pero ciertamente es un mal canje para El Salvador.

En algún momento, secretario, usted tendrá que informar a todos los actores del proceso de reducción de violencia, del cual usted se declaró garante, si este compromiso se mantiene vigente.

Estimado señor Ban Ki-moon:
¡Bienvenido a El Salvador! Es un gran honor para nosotros tenerlo aquí. Con su presencia, usted expresa el respaldo y reconocimiento de la comunidad internacional para el proceso de paz salvadoreño de 1992. Gracias por este gesto.

Pero usted debe saber que en la recta final de unas elecciones cualquier visita de jefes de Estado o de organismos multinacionales es percibido como respaldo al gobierno de turno. Y así será presentado, vendido y publicitado por el gobierno de Salvador Sánchez Cerén. Independientemente de lo que usted haga o diga, el partido de gobierno tratará de sacar raja electoral de su presencia, igual que en el caso de su colega Insulza, quien estuvo aquí la semana pasada. Y es por esto que el gobierno invitó a ambos en estas fechas.

Así que tenga mucho cuidado de no dejarse manipular. Hemos celebrado 22 aniversarios de los Acuerdos de Paz sin la presencia del Secretario General de Naciones Unidas - y hubiéramos podido esperar dos años más para tenerlo aquí en San Salvador para la gran fiesta de los 25 años de la paz en enero de 2017.

Quiero decir a ambos que siempre serán bienvenidos en El Salvador. Pero también tengo que decirles que no fue la decisión más sabia haber aceptado la invitación del gobierno salvadoreño en medio de una campaña electoral. Nosotros necesitamos de la cooperación y de los buenos oficios que ustedes dos y sus organismos pueden ofrecer para apoyarnos en el camino al desarrollo y la paz duradera e integral. Pero este aporte sólo puede tener éxito si su participación no interviene en los procesos electorales. La relación de ustedes es con el país, no con el gobierno de turno.

Disculpen si esta palabras parecen notas de discordia en medio del coro de júbilo sobre el aniversario de la paz y el honor de tenerles a ustedes como invitados y amigos. No expreso discordia, sólo preocupación - y prefiero hacerlo de manera directa y pública.

Estimados secretarios generales, gracias por su compromiso con El Salvador, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)

martes, 13 de enero de 2015

También escribiendo se manchan las manos, Geovanni

Reproduzco aquí una columna que publiqué hace 9 años (El Faro, 28 de agosto 2006). Fue la respuesta a una columna publicada días antes por Geovanni Galeas en La Prensa Gráfica. Como Geovanni tomó la decisión de publicar la misma columna nuevamente en La Prensa Gráfica, el día lunes 13 de enero 2015 (Cuidado con el falso crítico alemán), vuelvo a publicar aquí mi respuesta...
Como se daran cuenta, al final de mi columna reté a Geovanni a discutir el tema de nuestras dos columnas en el programa Universo Crítico, que en aquel entonces Galeas presentaba en el Canal 10. De hecho me invitó, y en el programa (en vivo) tuvo que reconocer que casi todas sus afirmaciones sobre Gunther Grass eran equivocadas. Bueno, tiene corta memoria Geovanni, al volver a publicar lo mismo - nuevamente con la intención de inducir al lector que piense que esté hablando de este servidor... Y si quieres, Geovanni Galeas, vamos otra vez a una canal de TV para discutir este asunto. Y nuevamente te voy a dejar en ridículo...

A continuación, mi columna del 2006:

También escribiendo se manchan las manos

Si en 1970, en los días agitados del movimiento estudiantil, de la oposición extraparlamentaria, de las protestas contra la guerra norteamericana contra Vietnam, me hubiera enterado que Günter Grass, el famoso novelista, fue miembro de la Waffen SS, o sea del brazo militar del temible cuerpo represivo SS de Hitler, seguramente lo habría condenado. Sin misericordia. No sólo porque un motor de este movimiento fue la rebelión contra el silencio que nuestros hermanos mayores y nuestros padres mantenían sobre su rol durante el régimen de terror de los nazis, sino sobre todo porque el tipo me cayó mal. Todos habíamos sido impactados por su novela El tambor de hojalata que salió en 1959 y ayudó a abrir el debate sobre el pasado; todos admiramos el rol valiente que Grass jugó en el debate intelectual y político del país exigiendo enfrentarse a los fantasmas del nazismo sobrevivientes e incluso protagonistas en la joven república federal alemana. Pero Grass se cayó de la moto de la izquierda rebelde alemana cuando en 1968, cuando nos volcamos a las calles a protestar contra Vietnam, contra la visita del Shah de Persia, contra la complicidad del gobierno alemán con los regimenes en Saigón y Teherán, lo buscamos para apoyarnos, casi para liderarnos - y nos dijo: Estoy en contra de la guerra contra Vietnam, estoy en contra de la dictadura en Persia, pero también de los fascistas de izquierda… Los fascistas de izquierda éramos nosotros. Ahí se murió uno más de nuestros grandes héroes: después de Theodor Adorno, el heredero de la Escuela de Frankfurt quien nos había criticado con los mismos términos, Günter Grass. Cosa que, por cierto, nos ayudó a vivir sin héroes y a caminar independiente del apoyo de los héroes.

Muchos años después, Grass se disculpó con nosotros. En privado, como nos había hecho su crítica. Dijo que se había equivocado, que entendiéramos su trauma con una juventud radicalizada que grita consignas y se siente dueña de la libertad, que él había sido parte de la juventud hitleriana, convencido, radical, dispuesto a morir por la causa, dispuesto a matar por la causa. Dijo que lo disculpáramos y que contáramos con él en la lucha contra la continuidad del nacionalismo, del racismo, del autoritarismo en Alemania.

Hoy -30 años después de esta última discusión con Grass- leo sobre su confesión pública: que era mentira que en 1944, con 17 años, fue reclutado al ejército para servir de ayudante de artillería, como toda su generación que le tocó servir de carne de cañón para el nazismo que ya estaba siendo derrotado por los aliados. La verdad, confiesa Grass ahora, es que se enlistó voluntariamente en la Waffen SS.

Mi primera reacción: indignación. ¿Cómo es posible que este señor, que durante décadas ha jugado el papel de conciencia crítica de la nación, haya ocultado esto hasta ahora? Me acordé de la rabia que sentí cuando me di cuenta que mi padre había sido militante del partido nazi. Me acordé de lo herido que yo me había sentido cuando Grass me dijo fascista de izquierda. Me senté a escribir mi columna condenando a Günter Grass.

Fue hace dos semanas. Todavía guardo el borrador y era peor que las barbaridades que escribió Geovanni Galeas en su columna en La Prensa Gráfica, tildando de “canalla” y de “escritor farsante” a Grass, hablando de ……

Para mi suerte, también me acordé de las pláticas con mi padre, poco antes de que muriera, cuando me explicaba por qué aceptó la militancia en el partido de la dictadura. Ser funcionario público y negarse a entrar al partido era considerado falta de lealtad. Como padre de 7 hijos no tenía el valor de negarme. Y cuando ya no pude cerrar los ojos ante los crímenes nazis, tuve dos salidas: uno, unirme a la resistencia y poner en peligro mi familia; o dos, pedir mi traslado del ejército. Lo que significaba que, si tenía que mancharme de sangre, no sería con civiles. Mi padre murió diciéndome que esperaba que yo nunca tuviera que tomar este tipo de decisiones; y que, cuando tuviera que tomarlas, tuviera más valor que él.

Mientras estaba revisando mi columna contra Grass, también me acordé de mi hermano mayor. Es de la misma generación de Grass. Miembro de la juventud hitleriana dispuesto a todo. Voluntario de la marina.
Como Grass, mi hermano no mató a nadie en sus pocos meses de guerra. Como Grass, dice que el no haberse manchado de sangre no fue por su virtud, sino simplemente porque tuvo la suerte de llegar tarde. No tuvo que matar y no murió. El 70% de los muchachos, que entraron a la guerra en 1944 como Grass y mi hermano, murieron. Mi otro hermano, reclutado con todo su grado en el colegio en 1944 y despachado a defender los territorios checos ocupados por los alemanes contra la ofensiva soviética, es el único sobreviviente de su grado. Todos murieron en tierras checas. Mi hermano sobrevivió porque desertó.

A mi hermano mayor –el que se había alistado en la marina de guerra- se tardó más de cinco años para superar el lavado de coco que lo había convertido, a la edad de 15 años, en ardiente militante nazi, y con 17 años, en soldado voluntario para ganar la guerra ya perdida. Cuestionado insistentemente por mí, me contó cómo era de inevitable que los jóvenes se convirtieran en nazis, en una sociedad donde no había discusión, no había voz disidente, donde hasta los padres temían cuestionar los valores fascistas transmitidos en la escuela y la juventud hitleriana. Mi hermano, cuando al fin superó el lavado de cerebro, se convirtió en el hombre más altruista, más dedicado a la solidaridad humana que yo conozco. Nunca lo abandonó su sentimiento de culpa. O más que culpa, de profunda pena.

Acordándome de todo esto, tuve que guardar la columna escrita contra Grass y dedicarle más tiempo, más reflexión, más sinceridad al tema. Incluso, decidí no escribir sobre el tema hasta que leí la columna de Geovanni Galeas.

Me metí en internet y busqué todo lo que pude encontrar sobre el debate que había desencadenado la tardía confesión de Grass. Leí unas declaraciones de él, contestando la pregunta obligatoria que todo el mundo -amigos y adversarios- le hacían: ¿Por qué no lo dijiste antes? Si nadie te hubiera condenado por haberte equivocado con 17 años, un niño del nazismo, sobre todo como no tuviste que participar en las acciones represivas que hicieron famosa la Waffen SS. Y Grass dijo: No pude. Tuve pena. No encontré la forma cómo decirlo, hasta ahora que tengo 77 años….

Conozco esta pena. La puedo entender. La puedo aceptar. Es genuina. Aunque venga alguien como Galeas que no tiene idea (o no quiere ver) que detrás de la historia de Grass se encuentra un verdadero dilema humano, el dilema de toda una generación –la generación de mis hermanos mayores y de Grass-; una generación engañada; la generación que ha puesto más muertos que cualquier otra, la generación que ha enfrentado la desconfianza; la crítica inmisericorde de sus hermanos menores y sus hijos...

Qué bueno que el pobre Grass ya se había caído del pedestal antes de que se nos convirtiera en monumento. Qué bueno que –en parte gracias a la metida de pata de Grass en el 1970- aprendimos a vivir sin portadores de la verdad, sin santos, sin autoridades infalibles.

Sí, Günter Grass, el gran novelista de la posguerra alemana, el escritor homenajeado con el premio Nobel de literatura, resultó falible, débil, tal vez cobarde. Cometió un error, que era perfectamente perdonable por su juventud, por las circunstancias históricas, pero que no logró perdonárselo él mismo. Tuvo pena. No supo cómo hablar de esta cosa que lo apenó tanto.

Pero esta pena, este dilema hizo que Grass escribiera lo que escribió y cómo lo escribió: rompiendo el silencio alemán sobre guerra, dictadura, racismo, división. Lo hizo levantar la voz cuando era necesario: atacando el ciego anticomunismo de la derecha alemana; atacando el ciego comunismo de la Alemania Oriental que se hizo cómplice de la represión de las primaveras democráticas en Polonia y Checoslovaquia; apoyando la revolución pacífica en Alemania Oriental; pero objetando una unificación alemana en forma de anexión a Alemania Occidental. Apoyando a Willy Brandt cuando intentó construir puentes con el bloque comunista y su gesto de arrodillarse en Polonia en un monumento a las víctimas de los nazis alemanes fueron atacados como traiciones a la patria...

Difundir la tesis, como lo hace Galeas, de que la confesión de Grass es un truco publicitario para vender sus memorias (en las cuales describe su juventud nazi y su ingreso a la Waffen SS), es una ligereza. Por lo menos hubiera esperado a que las memorias de Grass fueran traducidas al español, para poder juzgar, en vez de difundir prejuicios. No digo que no se puede criticar a un escritor porque sea portador del premio Nóbel. Por supuesto, se puede. Cuando es necesario, se debe. Pero, por favor, investigando bien, leyendo bien, analizando bien. Y cuando hay, detrás de la historia, un dilema humano, con compasión. Siempre al final la crítica puede ser dura, pero con compasión y conocimiento.

¿Salió Günter Grass con las manos limpias de la segunda guerra mundial y de la dictadura nazi? No. Sólo que Grass nunca ha dicho que salió con las manos limpias. Leyendo su obra, es obvio que Grass sostiene –como yo, de paso sea dicho- que nadie sale limpio, independientemente de que en un sentido literal y físico se llenó las manos de sangre. Hombres y mujeres como Grass nos han enseñado incluso a los que tuvimos menos de un año al terminar la guerra, que teníamos que asumir la responsabilidad, enfrentarla, pagar los costos, construir la paz y la democracia.

¿Puede alguien salir de una guerra con las manos limpias? No. Aunque no haya soltado balazos. El hecho de no haber tenido que tomar la decisión de matar o no matar no libera de responsabilidad a quien forma parte de una fuerza militar, de un movimiento revolucionario armado, de un partido político que conduce una guerra, de una insurrección. Decir lo contrario es cobardía. Decir lo obvio, Geovanni, puede ser engañoso.

PD: Dado que los temas aquí tratados son demasiado complejos –y demasiado importantes- para considerarlos agotados por dos columnas, aceptaría con mucho gusto una invitación de Geovanni Galeas a discutirla con él en su programa televisivo. Lo de Günter Grass y lo otro, lo ambiguo...

Carta a los alcaldes y candidatos a alcaldes del Gran San Salvador

Estimados amigos:
Ustedes no pueden seguir haciéndose los suizos con el SITRAMSS. El gobierno está jodiendo las ciudades que ustedes representan, están inhabilitando el principal eje de tráfico que conecta a sus respectivos municipios, dividiendo el centro de San Salvador por una especia de muralla china que no deja pasar de una lado al otro. Y están amenazando de llevar este desmadre a la otra parte de San Salvador hasta Merliot, Antiguo Cuscatlán y Santa Tecla. No puede ser que ustedes, los actuales y futuros gobernantes municipales, no aprovechen la campaña electoral para ponerle paro a esta locura.
Ahora el viceministro de transporte, Nelson García, dijo que con el SITRAMSS está reordenando las ciudades. ¿Y ustedes permiten que un funcionario de tercera categoría (y de reconocida incompetencia) les quita la competencia de "reordenar las ciudades"? Es una declaración de guerra del Ejecutivo contra la autonomía municipal. Solo este hecho de arrogancia es suficiente para que el día siguiente ustedes, los alcaldes y los candidatos municipales, convoquen una conferencia de prensa conjunta para decir: ¡Basta Ya!


Teóricamente esto debería ser una iniciativa de todos los alcaldes y todos los candidatos, independiente de colores partidarios. Esto no es un conflicto entre derecha e izquierda. Es un conflicto entre centralismo y municipalismo, entre gobierno central y gobiernos locales, entre autoritarismo y democracia participativa.

Pero si algunos candidatos y alcaldes no tienen la independencia y el valor de enfrentarse a esta declaración de guerra del gobierno central, que lo hagan los que sí las tienen. Candidato a alcalde del FMLN que defiende el SITRAMSS, que se joda, porque los votantes lo van a castigar. Si el desmadre del SITRAMSS se ha convertido en el símbolo de la incapacidad del gobierno - con el agravante que todo el mundo lo ve todos los días, se encachimba todos los días, jura venganza todos los días. Incluye a los habitantes de todo el Gran San Salvador, incluye a los usuarios del transporte público igual que a los que usan vehículos propios. Incluye a transportistas, vendedores, trabajadores.

Realmente sería lento el candidato a alcalde que no agarre este tema tan obvio para torcerle el brazo al gobierno para que suspenda el proyecto actual del SITRAMSS y para que la reforma del transporte público metropolitano se vuelva a construir como Dios manda, basado en estudios técnicos y sin exclusión de los gobiernos municipales.

Los que tienen que asumir el reordenamiento de sus ciudades son ustedes, y no el Gobierno central. No se dejen quitar del gobierno central la principal competencia del gobierno municipal. Por el contrario: usen el punto más débil de este gobierno, el SITRAMSS, para luchar por más competencias y recursos para los gobiernos municipales, comenzando con la competencia de regular el transporte y tráfico en el Gran San Salvador.

Saludos, Paolo Lüers


(Mas! / El Diario de Hoy)

sábado, 10 de enero de 2015

Carta a los capitalinos: Por qué no hay que votar por Nayib Bukele

Estimados vecinos:
Les voy a dar ocho razones por qué no deberíamos elegir a Nayib Bukele como alcalde de nuestra ciudad capital. Cada una de estas razones debe ser desarrollada y fundamentada en futuros artículos -no necesariamente míos. Reto a mis colegas columnistas y a cualquier ciudadano preocupado a participar en esta empresa ciudadana.

1) Nayib Bukele es un político mentiroso. El mejor ejemplo de esto es su discurso en Nueva York, en un evento patrocinado por Naciones Unidas en octubre de 2014. Bukele presentó su gestión como alcalde de Nuevo Cuscatlán (en ese momento de sólo 2 años y medio) como ejemplo a emular a escala nacional, continental e incluso mundial. Investigaciones periodísticas han comprobado que casi todas las grandilocuentes afirmaciones hechas en Nueva York por Bukele son falsas: el programa de becas del municipio es mucho más reducido de lo que él alega; es falso que la alcaldía ya proveía agua gratis a todos los habitantes; y es falso, también, que haya eliminado la pobreza en el municipio. Pero la más grave de sus mentiras es que durante su gestión en Nuevo Cuscatlán él haya mejorado las condiciones del medio ambiente; muy al contrario, Bukele redujo dramáticamente las reservas naturales a favor de más proyectos habitacionales y comerciales. En cada una de sus respuestas a preguntas sobre estos temas, Bukele incurrió en nuevas mentiras o en medias verdades. ¿Queremos, como alcalde, a un mentiroso compulsivo que permanentemente distorsiona la realidad?

2) Ustedes conocen el dicho: Di con quién andas y te diré quién eres. Bukele se ha rodeado de personajes oscuros. Sus principales asesores y operadores políticos son los mismos que se dice que jugaron el mismo papel oscuro de guerra sicológica en el equipo de Tony Saca, tanto en Casa Presidencial como en la campaña del 2013/14: estos incluyen a Peter Dumas, quien en el 2012 fracasó con su candidatura para la Asamblea por GANA; y Ernesto "Neto" Sanabria, mejor conocido como "El Brozo", a quien se ha denunciado como el rey de las falacias mediante las redes sociales.

3) Bukele se presenta como un empresario de éxito, cuando en verdad nunca ha levantado ninguna empresa. Desde joven, su padre Armando Bukele le dio millones de dólares y empresas, como si fueran juguetes: la famosa discoteca Mario's (luego Code), donde se decía que generaciones de jóvenes encontraron fácil acceso a licor e incluso hasta drogas; la agencia de publicidad Nölck, y la distribuidora de productos de Yamaha. En ninguna de estas empresas, Bukele Jr. logró acumular experiencia gerencial y de administración financiera que lo capaciten para dirigir una entidad tan grande y compleja como la alcaldía capitalina. Tampoco cuenta con ninguna preparación académica que podría compensar la falta de experiencia. Viéndolo bien, Nayib no es un empresario sino un consentido hijo de papi.

4) Lo que sí es cierto es que Bukele representa intereses empresariales: Nayib es el proyecto político de un grupo de familias empresariales que han hecho alianza con el FMLN para establecerse como un nuevo bloque económico dominante. En efecto se trata de una nueva oligarquía, cuyos exponentes más prominentes son: los Saca; los Bukele; los Salume; Miguel Menéndez, alias "Mecafé", el amigo de Funes; el zar de la basura, Enrique Rais; y el dirigente del FMLN y padrino de ALBA, José Luis Merino. Luego del fracaso electoral de Tony Saca en las elecciones presidenciales del 2014, Nayib Bukele fue elegido como el exponente político de este proyecto político-mercantilista.

5) Por razones electorales, Bukele se presenta como un renovador de la política, que promete superar la polarización; como expresión del relevo generacional; y como un político de nuevo estilo, que usa el partido como instrumento para empoderar a la sociedad civil. Nada de esto es cierto, así como no era cierto el discurso muy parecido de Tony Saca con respecto a la "unidad nacional". Bukele no es expresión de una renovación del FMLN sino, exclusivamente, de una estrategia electoral. Igual que Mauricio Funes tendrá cero incidencia en el debate y el desarrollo interno del FMLN. Bukele será usado por el FMLN para quitarle a ARENA la alcaldía capitalina sin permitirle tener influencia sobre las políticas del partido de gobierno.

6) Bukele es vendedor de humo. La política está siempre en peligro de delegar sus definiciones a expertos del marketing político. Primero Tony Saca y luego Mauricio Funes llevaron esto al extremo: bajo sus liderazgos, los publicistas sustituyeron a los técnicos, y las consignas publicitarias sustituyeron los contenidos políticos. Pero estos maestros están al punto de ser superados por su alumno, Nayib Bukele, quien es el vendedor de ilusiones por excelencia. Es imperante que en El Salvador regresemos a políticas que nacen del riguroso estudio de la realidad y no de laboratorios de marketing político. Esta es, para mí, no sólo la razón más imperiosa para no votar por Bukele, sino también para votar por Edwin Zamora, quien es lo contrario a Bukele: un ejecutivo con intención y capacidad de renovar la administración pública en función de facilitar soluciones a los problemas de los ciudadanos.

7) He pensado mucho si poner o no poner este último punto. Para mí, las creencias y convicciones religiosas son asuntos muy privados y demandan tolerancia. El hecho que Nayib Bukele proviene de una familia musulmana no debe ser asunto de debate político. Pero sí lo es la manera cómo Bukele maneja este asunto en su campaña. No es transparente, sino que por razones electorales pretende ser lo que no es: un hombre construyendo una familia católica. Tampoco he escuchado de Bukele cuáles son sus posiciones ante los conflictos que en Medio Oriente se han generado alrededor de un fundamentalismo islamista cada vez más radical, antidemocrático y antihumano. Uno podría pensar que esto no es relevante para el cargo de alcalde de San Salvador, pero no es cierto: el carácter de un candidato siempre es relevante. Confianza y transparencia siempre son relevantes. Los principios siempre son relevantes. Y ahí está el principal déficit de este candidato. Por esto les digo: Bukele no debe ser electo alcalde de San Salvador, y mucho menos estar en una posición de poder aspirar a la presidencia.

8) Aunque Bukele no es el típico representante del FMLN, sería al alcalde de este partido. Aunque es la nueva cara del pacto entre FMLN/ALBA y el grupo Saca, Bukele es un instrumento del FMLN. En estas elecciones, luego de casi 6 años de mal gobierno, que no resuelve sino agrava los problemas del país, nosotros no deberíamos premiar al FMLN, sino más bien crearle un contrapeso. Otra razón más de no darles el control de la alcaldía más importante del país.

Por estas 8 razones yo no votaré por Bukele. Y como son razones de peso, haré todo lo posible para que no gane. Saludos, Paolo Lüers
 

viernes, 9 de enero de 2015

Columna transversal: Romper la marginalización

El problema de inseguridad, violencia y pandillas en El Salvador se genera en la medida que el Estado deja de ejercer su función en muchas partes del territorio nacional, sobre todo en los barrios (comunidades, colonias, cantones) populares del país. Se quedan cortos los que aceptan esta tesis solamente en cuanto a la pérdida de control policial. El Estado es mucho más que autoridad de seguridad. Sólo cuando es autoritario, como lo fue antes de los Acuerdos de Paz, el Estado puede compensar la ausencia de sus servicios integrales a la ciudadanía con la fuerza de su presencia represiva. En democracia, el Estado esencialmente es proveedor de servicios. Y si no los provee, tampoco puede cumplir su responsabilidad de proveer seguridad.

Las pandillas y su cultura se han podido desarrollar solamente en la medida que el Estado no está presente como autoridad, como protector de la familia y como proveedor de los servicios que definen su rol: educación, salud, seguridad, protección y prevención de desastres naturales, transporte público eficiente y digno, agua potable, manejo de aguas negras y basura, acceso a electricidad, etc. Es más, se puede interpretar que las pandillas son una respuesta a la ausencia del Estado como generador de reglas de convivencia.


Ningún plan de seguridad promete éxito mientras el Estado sólo se proponga recuperar el control territorial en el sentido policial. El vacío de Estado y de todos sus servicios, que existe en partes de nuestro territorio y de nuestro entramado social, tiene que llenarse de manera integral.

Muchos ya han llegado a esta conclusión, pero hay una verdad que hasta ahora no se ha llevado al debate nacional: La única manera en que el Estado puede construir presencia integral, efectiva y sostenible en los territorios ahora marginados es mediante su descentralización. Es imposible imaginarse cómo el Estado centralizado que históricamente tenemos en El Salvador puede llenar los vacíos y deficiencias que se observan a nivel comunal. Hay que empoderar a los gobiernos municipales, dándoles las competencias y los correspondientes recursos, para hacerse cargo de educación, salud, seguridad en sus comunidades, así como de los servicios básicos públicos (agua, aguas negras, basura, electricidad, transporte público y red vial). Y dentro de las municipalidades hay que empoderar a la organización comunal y vecinal como contraparte del gobierno local.

Los gobiernos locales, sobre todo cuando ellos mismos funcionan de manera descentralizada, son el único eslabón del Estado suficientemente cercano al ciudadano como para procurar un desarrollo integral y sostenible de sus barrios, colonias, comunidades, cantones y familias. Sólo en este eslabón del Estado la ciudadanía puede incidir directamente en la administración de los recursos públicos y en la priorización de los problemas a resolver. Y sólo en este eslabón comunal, más cerca de la ciudadanía y más lejos de la esfera política e ideológica, se pueden construir acuerdos entre todos los actores, sin ninguna exclusión, para reconstruir efectivamente el tejido social actualmente dañado.
Un Estado descentralizado, expresado en sus gobiernos locales, puede construir, con la participación de todos, convivencia pacífica sin tener que negociar privilegios para nadie (mucho menos para grupos al margen de la ley), lo único que tiene que hacer es cumplir a cabalidad las responsabilidades constitutivas del Estado: dar servicios a toda la ciudadanía, sin exclusiones. Para tener capacidad de hacer esto, necesariamente tiene que descentralizarse y tienen que concentrarse en los gobiernos municipales todas las competencias y recursos necesarias para el desarrollo local. Para construir paz, las comunidades en los territorios ahora marginados y abandonados por el Estado tienen que concertar las soluciones a sus problemas, y no las pueden concertar con ministerios y otras burocracias nacionales, pero sí con sus contrapartes comunales en las alcaldías. Los ciudadanos no pueden sentirse partícipes, controladores y socios de las burocracias nacionales, pero sí de sus gobiernos municipales.

La ausencia del Estado, el abandono de sus responsabilidades y la negación de los servicios estatales son las raíces de la marginalización de territorios enteros, y de la consiguiente generación de los círculos viciosos de frustración, transgresión de las leyes y normas, represión del delito, violencia, más represión, más violencia… No es la pobreza que produce violencia y delincuencia, es la marginación de comunidades enteras.

Las comunidades no exigen al Estado ningún beneficio especial. Ni siquiera los pandilleros. Sólo exigen que el Estado cumpla a cabalidad su función, sin marginar a nadie. Y que lo haga de manera consensuada con la ciudadanía. Punto.

Mientras en el Consejo de Seguridad Ciudadana no discutan la manera cómo el Estado puede recuperar su presencia en los territorios marginados, esta entidad no va a poder generar soluciones. La descentralización del Estado de repente es mucho más que una reforma administrativa, es la refundación del Estado necesaria para recuperar su capacidad de dar servicios a sus ciudadanos y así romper con la marginación. Sólo los municipios pueden enfrentarse al reto de transformar los barrios y romper la marginalización.
(El Diario de Ho

Carta a los colegas que sobrevivieron el ataque terrorista a Charlie Hebdo

Chers amis:
Je suis Charlie! Yo soy Charlie! Gritaron miles de franceses en las calles de Paris y colegas periodistas y caricaturistas en todo el mundo lo repitieron en las redes sociales. Yo también soy Charlie Hebdo. Yo también me siento atacado por el cobarde atentado a mis colegas de la revista Charlie Hebdo en Paris.

El comando terrorista que ejecutó a 10 colegas periodistas y caricaturistas y a dos policías destacados para cuidarlos quiso matar la libertad de expresión. Quiso matar a la vez a su hermana aun más preciosa: nuestra libertad de reírnos de quien nos da la gana; nuestro derecho sagrado de burlarnos de los poderes políticos, económicos y religiosos del mundo.

El pecado de Charlie Hebdo, por el cual unos islamistas radicales lo condenaron a la muerte, fueron unas caricaturas que publicaron sobre Mahoma. El principio que ustedes defendieron, hasta con su vida, es: Nadie es intocable para la crítica, el humor, la risa, la sátira. Ningún presidente, ni los hombres más ricos del mundo, ni el Papa, ni el Dalai Lama, ni Mahoma. El derecho a la libre expresión, a la crítica, al humor y a la sátira está encima de todo. Y esto es el principio que ahora nosotros, los colegas escritores, periodistas o caricaturistas del mundo, tenemos que defender. Si no, estamos fritos todos, y cualquier fanático, fundamentalista o radical se siente con el derecho de limitarnos la libertad de expresión.
Lo que pasó en Paris, para traducirlo al salvadoreño, es como si alguien, desde sus convicciones religiosas, decidiera matar a una feminista que aboga por el derecho al aborto. O al revés, como alguien, desde sus convicciones feministas, atacara a balazos a una persona que lucha contra el derecho al aborto.

Lo que pasó a Charlie Hebdo, traducido a salvadoreño, es como si mi amigo y colega Alecus tuviera que temer por su vida por una de sus caricaturas. O, aun peor, como si Alecus, Otto, Salomón, Ruz y este escritor de cartas nos viéramos obligados a autocensurarnos para no poner en peligro la vida de nuestros familiares y colegas.

Los colegas de Charlie Hebdo sabían el riesgo al cual estaban expuestos. Decidieron no ceder a las amenazas. Decidieron no sacrificar su oficio, su dignidad como artistas y como ciudadanos libres.

Hago un llamado a los medios salvadoreños a solidarizarse con Charlie Hebdo de la forma más contundente: publicando las caricaturas  de Charlie Hebdo, por los cuales la revista y sus editores y artistas han sido ejecutados por los enemigos de la tolerancia. En la lucha por la libertad no puede haber paso atrás ni moderación ni negociación…

Estoy seguro que su revista sobrevivirá este intento de aniquilarla. El grito mundial de “Je suis Charlie!” la hará más fuerte. Los fundamentalistas pudieron matar a varias de las plumas geniales de Charlie Hebdo, pero son impotentes contra la idea detrás de la revista satírica: El arte, el humor y el periodismo son libres o no son.

Mi más profundo respeto para los colegas de Charlie Hebdo, Paolo Lüers











martes, 6 de enero de 2015

Carta al guerrillero que como político perdió el coraje

Estimado Salvador Sánchez Cerén:
Que usted tiene conceptos ideológicos diferentes a los míos, ya lo sabemos desde hace décadas. Esto no ha convertido en adversarios políticos, pero no necesariamente habla mal de usted. Pensamos diferentes, y por eso no le quitaré el respeto.

Pero ahora me doy cuenta que, muy aparte de diferencias ideológicas, surge otro problema que sí me hace difícil seguirlo respetando: Al llegar a la cúpula del poder, se ha vuelto cobarde.

Luego de su larga ausencia y su aun más largo silencio sobre el tema que más afecta a los salvadoreños, la inseguridad y la violencia, usted celebró una reunión con su gabinete de seguridad. Y muchos pensamos: Al fin el hombre va a hacer lo que prometió: tomar el problema por los cuernos – y asumir el liderazgo en el tema de seguridad.

¡Qué decepción! En vez de asumir el liderazgo, nos da frases trilladas. En el sitio oficial de la Presidencia se lee así: “El presidente subrayó que dentro de los planes del gobierno se descartan cualquier tipo de negociación con grupos criminales, en concreto con las pandillas: ‘Ellos están al margen de la ley, se han vuelto violadores de la ley y por lo tanto nuestra obligación es perseguirlos y castigarlos, y que la justicia determine las penas que le corresponden’, dijo.”

Usted sabe que esto es paja. Su ministro de Seguridad, Benito Lara, igual lo sabe. Dos excomandantes guerrilleros que ya no se atreven a enfrentar con valentía la realidad. Ustedes dos saben que sin hablar con los pandilleros no habrá solución a la situación de violencia en amplios territorios abandonados por el Estado. No sólo lo saben, actúan contrario a esta paja: Desde que el gobierno del FMLN ha suspendido, en junio del 2013, toda la facilitación del diálogo con las pandillas, ustedes como partido nunca han dejado de buscar el diálogo con ellas. Debajo de la mesa y sin ninguna transparencia quisieron hacer lo que en público condenaron, y que ya no querían permitir que los mediadores independientes hiciéramos. Y lo peor: Ustedes buscaron (y siguen buscando) la negociación con los pandilleros por razones electorales, no para resolver los problemas de la violencia. En parte debido a esta práctica clandestina, usted ganó con tanta ventaja en la primera ronda…

Usted sabe perfectamente que no hay forma de perseguir, detener, enjuiciar, condenar y mantener presos a los 100 mil pandilleros y sus colaboradores. Usted sabe que se necesita rehabilitar y volver a insertar a la sociedad a decenas de miles de jóvenes, que ahora están actuando fuera de la ley. Y usted sabe que esto es imposible sin hablar con ellos – y sin hacerles a ellos partícipes de la solución.

Usted, presidente, lo sabe y no lo dice, por miedo al costo político y tal vez electoral. Esto se llama cobardía y politiquería. No entiendo porqué el país tuvo que poner en Casa Presidencial a un hombre que como insurgente mostró valentía, para que al final, cuando realmente cuenta, es igual de inconsecuente que su antecesor Funes, quien dio luz verde para que otros se quemaran las manos con la tregua; y cuando ya no aguantó el calor, le dio la espalda al proceso, a los mediadores, a los alcaldes que se habían metido en la aventura de construir acuerdos locales de paz y convivencia, a las comunidades que comenzaron a organizarse alrededor de esta oportunidad histórica…

Usted sabe que no hay forma de resolver el problema de la violencia sin romper la exclusión y marginalización de poblaciones enteras, que incluyen a los pandilleros, sus familiares, sus colaboradores. Usted sabe, por la experiencia de los años 2012/2013, que la única manera de que la sociedad acepte este reto es cuando los gobernantes dicen la verdad, aunque sea impopular. Funes no quiso hacer esto, y por esta cobardía arruinó el proceso de mediación y de reducción de violencia.

Y ahora, en vez de Funes en Casa Presidencial está un hombre supuestamente de principios - pero usted nos viene con la misma paja… Y para más joder, su partido sigue buscando desesperadamente a los jefes pandilleros con promesas y ofertas inconfesables para ganarlos como aliados electorales. Por suerte, ellos ya no creen en ustedes y no les hacen caso. Es más: ellos insisten en que haya un diálogo transparente y fuera de las lógicas partidarias, y por esto aprecian tanto la experiencia con los mediadores independientes, quienes sí han mostrado que tienen el coraje para poner el pecho por un proceso tan poco entendido en la opinión pública…

Recapacite, Leonel, y cuando dé pasos valientes, tendrá el apoyo de donde menos se lo imagina. Saludos, Paolo Lüers