sábado, 7 de enero de 2012

Carta al ministro de Seguridad


Carta al ministro de Seguridad

Estimado David Mungía Payez:

Usted es un hombre privilegiado: Todo el mundo le desea éxito en el 2012, ya que si a usted le va bien en su trabajo, a todos nosotros nos va mejor. Todos, menos los delincuentes... Así que, estimado, ¡miles de éxitos en este año nuevo!

Usted anunció que va a poner a la PNC y todo el aparato de seguridad y jurídico del Estado a combatir a la delincuencia.

Una pregunta: ¿Cómo van a combatir la delincuencia si no saben quién es el enemigo? ¿Cómo el Estado piensa combatir al flagelo de los homicidios, si cada una de sus instituciones tiene otra versión sobre quiénes son los homicidas?

Medicina Legal dice que sólo un 10% de los 4,300 homicidios van a la cuenta de las pandillas. El subdirector de investigación de la PNC habla de 30%, y usted habla de 90%. Esto no son variaciones de lo mismo, sino son tres visiones totalmente diferentes de la realidad del crimen en El Salvador.

Dependiendo de los tres diagnósticos diametralmente opuestos van a salir, por lógica, tres estrategias muy diferentes de cómo combatir la violencia delincuencial.

Según el dirigente del FMLN que hasta hace pocos días dirigía la Oficina de Inteligencia del Estado, el enemigo principal a combatir son los carteles de narcos que están penetrando el país desde México y Guatemala. Para usted, son las pandillas que han tomado control de partes de nuestro territorio. Entonces, ¿en base de qué diagnóstico planificar la política de seguridad?

Bueno, este problema ya está resuelto: ya pusieron en Inteligencia a un hombre de su confianza. A lo mejor usted tiene que haber otros relevos, antes de que el combate a la violencia puede un rumbo claro. Porque muchos jefes policiales todavía no aceptan el diagnóstico que usted tiene como base de su plan estratégico. Para ellos, no son las panadillas los responsables de la gran mayoría de los homicidios. Pero tampoco no dan ninguna pista de quiénes son los asesinos...

¿Qué enfermo está nuestro Estado para que no tenga capacidad ni siquiera de llegar a un diagnóstico compartido entre todas las instituciones involucradas en un problema tan importante como la violencia? ¿Qué han hecho durante años Medicina Legal, PNC, Fiscalía y el Ministerio de Seguridad para tener versiones tan distantes del mismo problema? ¿Acaso no hablan entre ellos? ¿No son corresponsables de cada unos de los casos de homicidio?

Señor ministro, el primer problema que tiene que cumplir es este: llegar a un diagnóstico confiable y compartido. Y si para hacer esto, usted encuentra resistencias dentro de la instituciones, hay que removerlas.

Feliz año le desea Paolo Lüers
(Más!, El Diario de Hoy)