Un viejo rebelde moviliza a la juventud
Los
medios hablan todos los días de las elecciones primarias republicanas,
pero hacen todo lo posible para ignorar a uno de los contendientes: Ron
Paul. Uno tras otro los precandidatos republicanos a la presidencia de
Estados Unidos han sido convertidos por los medios “raising stars”, sólo
para desvanecerse a pocas semanas, a veces días. Primero Michelle
Bachmann, que se presentaba como candidata del Tea Party, sólo para
darse cuenta que había seis otros que se proyectaban así y se repartían
el voto ultraconservador que ella pensaba monopolizar. Después Mitt
Romney, el candidato del “establishment republicano”. Luego Rick Perry,
el gobernador de Texas quien se incorporó a la carrera para contener a
Romney. De repente Herman Cain, el total “outsider”, no sólo por ser
negro, sino también por su evidente ignorancia en temas políticos. Al
caer en desgracia y renunciar Cain, todos enfocan a Newt Gingrich, el
controversial líder de la “revolución conservadora” de los años 90. En
la recta final antes de la primera cita electoral en Iowa, Romney le
lanza una campaña negativa describiéndolo como el hombre de la
maquinaria partidaria de Washington que los locos del Tea Party detestan
- y Gingrich se desploma y comienza a subir en las encuestas el
ex-senador de Pensilvania Rick Santorum, un populista de derecha con un discurso intransigente contra el aborto, los derechos de los homosexuales y los inmigrantes.
Lo
que muy pocos periódicos reportan es que apartado de este “reality
show” de nuevos “frontrunners” y favoritos ponchados hay un candidato
que ha subido persistentemente en todas las encuestas - de
manera lenta pero segura: Ron Paul, el congresista libertario y rebelde
que nunca está en el centro de la atención mediática. Incluso el hecho
que Paul salió en Iowa como “frontrunner”, junto a Mitt Romney y Rick
Santorum, no rompe la cuarentena que le recetaron los medios
norteamericanos. Comienzan a discutir en serio las posibilidades de un
representante de la ultraderecha anti-imigrante y homofóbica como Rick
Santorum de convertirse en candidato republicano o incluso en
presidente, pero siempre cuando mencionan a Ron Paul, inmediatamente lo
descalifican como un radical demasiado lejos del “mainstream”, como “no
elegible” y casi como loco.
Muy
a pesar de que en Iowa salió tercero y que las encuestas nacionales lo
proyectan como el más fuerte contender de Romney, Ron Paul nunca está en
el centro de la discusión de los cientos de ‘expertos’ en los estudios
de los canales. ¿Será que no lo toman en serio?
Es
al revés: Lo toman muy en serio, pero les es demasiado incómodo. Es un
tipo que no se adapta al juego entre los círculos políticos y mediáticos
de Washington. Demasiado radical, dicen, demasiado rebelde,
excesivamente independiente, incontrolable....
Suficiente
razón para preguntarse: ¿Y quién es este hombre de 76 años que propone
abolir la poderosa Federal Reserve (Banco Central) de los Estados
Unidos, y suspender toda la presencia militar norteamericana fuera del
país? ¿Qué ha hecho este diputado de Texas para que todo el “mainstream
polítco” y mediático lo trate de ningunear, incluyendo los medios
tradicionalmente ligados a los republicanos?
Ron
Paul es un libertario. Es un hombre que tiene 30 años luchando desde el
Congreso contra el crecimiento del Estado, contra el endeudamiento,
contra las intervenciones militares, contra el rol de policía mundial de
Estados Unidos, incluso contra la ayuda externa...
“En
vez de asegurar nuestras fronteras nosotros hemos planificado, iniciado
y lanzado guerras de agresión. Nuestra Fuerza Armada está dispersa en
todo el planeta y seguimos involucrados en peligrosos juegos de poder
que sin necesidad ponen en riesgo las vidas de nuestros soldados.
Despilfarramos la riqueza de nuestro país como si no existiera ningún
mañana. No hace ningún sentido – a menos que confundamos el interés
nacional con el interés hacer crecer las ganancias de la industria
militar...”
Claro
que un candidato que habla así no es del agrado de la cúpula del
partido republicano. Claro que un candidato que habla así es declarado
loco, no sólo por Obama sino también por líderes republicanos como
Rumsfeld, Cheney y los Bush, y por los que son parte de la maquinaria
partidaria, como el ex-gobernador Mitt Romney, el ex-presidente de la
Cámara de Representantes Newt Gingrich y el gobernador Rick Perry...
Leyendo
estas declaraciones de Ron Paul uno entiende perfectamente porqué este
viejo luchador por la libertad individual y contra el poder del gobierno
tiene la base de apoyo juvenil más sólida entre todos los candidatos:
entre universitarios y soldados ninguno de sus contendientes tiene tanto
apoyo que Ron Paul. Y ninguno tiene tanta presencia y tantos activistas
en las redes sociales.
Es
cierto, Ron Paul es un tipo radical. Pero no es ultraderechista
trasnochado y reaccionario como Santorum y Bachman, ni es un cínico y
corrupto derechista como Gingrich o Perry. Sus activistas en las universidades andan camisetas con el slogan “The Ron Paul Revolution”, donde se destaca la palabra “love” dentro de la palabra “revolución”.
En
una contienda dominada por oportunistas, populistas y reaccionarios,
vale la pena echarla una segunda mirada a Ron Paul. Y cada día son más
los norteamericanos que lo hacen...
(El Diario de Hoy)